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España España · Valladolid
Voto de Gordon Cole:
10
Intriga. Drama La percepción de la realidad de una actriz (Laura Dern) se va distorsionando cada vez más. Al mismo tiempo descubre que, quizá, se está enamorando de su partenaire (Justin Theroux) en un remake polaco inconcluso y supuestamente maldito. (FILMAFFINITY)
7 de abril de 2007
81 de 110 usuarios han encontrado esta crítica útil
INLAND EMPIRE es un laberinto. De pasillos, habitaciones, decorados de estudio, calles, puertas. Y la sala en la que se proyecta, en la que estás sentado, forma parte de ese laberinto. INLAND EMPIRE no se ve, en INLAND EMPIRE se entra (o no se entra). Se experimenta, se vive, se recorre. Puede resultar complicado entrar, pero una vez conseguido se me antoja imposible poder salir.

INLAND EMPIRE es como ese disco de vinilo que abre la película. No avanza en línea recta desde un principio hasta un final, sino "en círculos" desde fuera hacia dentro. En profundidad, como dijo Tomine en su magnífica crítica. Y ahí te quedas. Y al igual que ese disco, y al igual que el mejor cine esculpido, no es un divertimento de usar y tirar. Su disfrute no está limitado a un primer visionado, sino que tanto o más se disfruta el segundo, y el tercero, y el décimo (vale, este último supuesto es actualmente sólo teórico teniendo en cuenta que no la he visto 10 veces).

INLAND EMPIRE no es un final. No es la última entrega de una trilogía formada por Carretera perdida, Mulholland Drive y ella misma. INLAND EMPIRE es un principio. Una forma diferente de entender y hacer el cine. Elementos y resultados (en cuanto a sensaciones producidas en el espectador) comunes a otras obras del artista, sí. Pero INLAND EMPIRE no se parece a nada. La primera vez que fui a verla iba pensando que me encontraría una "Mulholland Drive a lo bestia", pero no lo es. Es otra cosa.

Y hablando una vez más y para terminar del disco de vinilo, no del disco sino de cómo nos muestra David Lynch el disco, me parece el perfecto resumen de la grandeza de la obra en cuanto al gozo sensitivo que produce: algo real, normal, cotidiano, que visto a través del objetivo de la cámara digital del genio se torna oscuro, turbio, inquietante, misterioso, de una plasticidad casi aterradora y una onírica angustiosa.

Qué suerte la nuestra por ser contemporáneos de David Lynch y poder disfrutar sus estrenos en una sala de cine.
Gordon Cole
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