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España España · Somewhere over the rainbow
Voto de iñaki:
5
Comedia. Aventuras Aventuras y desventuras de los participantes en una carrera automovilística entre Nueva York y París, a principios del siglo XX. Jack Lemmon y Tony Curtis interpretan a dos excéntricos pilotos entre los que hay una feroz rivalidad. Todo tipo de incidentes y situaciones cómicas se irán sucediendo. (FILMAFFINITY)
28 de julio de 2014
6 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
La idea de hacer un homenaje al cine mudo, el slapstick y el cine serial se presentaba muy atractiva sobre el papel, pero su plasmación en una superproducción de dos horas y media con obertura y entreacto acabó desvirtuando esa idea original. Esto se hace evidente desde el principio, con la doble presentación de los antagonistas: con un triunfo del Gran Leslie y un fracaso del Doctor Fate ya era suficiente, pero había que llenar metraje. Y si no se pueden duplicar las situaciones, entonces se dilatan, como en el episodio del iceberg, en el que Natalie Wood tiene tiempo de lucir media docena de modelitos. La desmesurada duración es su principal lastre.
Esta película toma elementos de dos grandes superproducciónes de gran éxito en años anteriores: la estructura de comedia itinerante (no confundir con road-movie) de "El mundo está loco, loco, loco" y el lujoso diseño de producción a lo "My Fair Lady", incluyendo una secuencia de baile aristocrático. En ese aspecto, siempre me ha llamado la atención lo reconocibles que son las producciones de los sesenta, incluidas las de época: en cuanto ves a una actriz con más eye-liner que Cleopatra y un cardado estratosférico no te cabe duda de la fecha de producción.
El carácter de tebeo filmado propicia un humor blanco, incluso pueril, pero alcanza cotas auténticamente gloriosas en la pelea del saloon y en la batalla de tartas. Sólo por estas dos secuencias merece la pena ver la película. Es donde mejor se concreta el propósito de Edwards de homenajear al slapstick. Pero también se permite un gag de colmillo retorcido en el número musical que se marca Natalie Wood, con la premeditada desincronización entre video y audio. Una aguda burla a aquellos que criticaron a Audrey Hepburn y a la propia Natalie por no haber puesto sus voces en los aclamados musicales que ambas protagonizaron.
Las interpretaciones también son como de tebeo o de cine mudo. Lemmon y Falk, lucen sus habilidades de clowns, aunque el primero sobreactúa en los dos personajes que interpreta. Natalie Wood aporta encanto y picardía y Tony Curtis saca adelante con donaire e ironía el menos lucido papel de galán impoluto. Temas tan propios de los sesenta como la guerra de los sexos y la liberación femenina aportan otra nota coyuntural.
Edwards está considerado como un maestro de la comedia, pero me temo que la revisión de "El guateque", "La Pantera Rosa" o cualquiera de sus secuelas me resulten decepcionantes, mientras que estoy seguro de que "Chantaje a una mujer", "Desayuno con diamantes" o, sobre todo, "Dias de vino y rosas", siempre me resultarán altamente gratificantes. Paradojas.
iñaki
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