La 13ª Muestra Syfy de cine fantástico hacía su sesión inaugural con “The Invitation” un film de Karyn Kusama, hacedora de bodrios de la talla de “Aeon Flux” y “Jennifer’s Body“, que esta vez trata de redimirse como directora con un film mucho más centrado y sesudo, que entre otras cosas le ha valido el premio Sitges a la Mejor Película, aunque ya sabemos que lo de los premios a veces es casi una lotería (Gala de los Oscars, te estoy mirando a tí).

“The Invitation” narra la historia de un grupo de amigos ya entrados en los cuarenta que se reúnen, después de dos años sin verse, para cenar, tomar unos vinitos y rememorar batallitas. Lo que parece que va a ser una velada de reencuentro normal y corriente se va tornando en una experiencia sórdida y tensa que acaba de la manera más inesperada posible.

La película, de ritmo lento, va presentando a los personajes poco a poco y de manera inteligente, siendo por lo general todos bastante relevantes para la trama, pero tomando mayor peso Will (Logan Marshall-Green), su ex- pareja, Eden (Tammy Blanchard) y su nuevo novio David (Michiel Huisman, más conocido como Daario Naharis), que comparten el drama de la pérdida de un hijo, lo cual fue el detonante para que el grupo se disolviese por dos años.

“The Invitation” se mueve de manera inteligente entre el fino hilo del terror psicológico y la película costumbrista de turno, saltando felizmente de un lado a otro y confundiéndonos durante sus 90 minutos, en los que la fantástica dirección (quién lo iba a decir…) de la película hace subir la tensión hasta cotas insospechadas, jugando continuamente con nuestras expectativas y sin saber muy bien a qué tipo de película nos estamos enfrentando, pero sabiendo mantener el interés, cosa complicada de hacer cuando no sabes qué narices estás viendo.

Es sólo en el último tramo de la película cuando se desencadena una vorágine de acontecimientos para los cuales la trama nos viene preparando durante todo el film, en ese momento es cuando “The Invitation” muestra por fin sus cartas y vemos que es una mano ganadora, que nos ha tenido yendo y viniendo toda la película, confundiéndonos con juegos de manos para, como un buen mago, sacarse al final un conejo de la chistera.

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Fragmento extraído de www.generacionfriki.es