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España España · Andoain
Voto de YeraiM:
10
Fantástico. Terror. Drama Relata la historia de un célebre pensador que después de buscar sin descanso la esencia del conocimiento y la verdad oculta de las cosas, es tentado por el diablo y vende su alma. (FILMAFFINITY)
9 de marzo de 2022
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Última película perteneciente a la etapa alemana de Friedrich Wilhelm Murnau, acompañado -como es costumbre- de la productora UFA. Fausto es la culminación de la etapa alemana de Murnau antes de partir a Hollywood y corearse con el famoso productor William Fox, con quien colaboraría en 3 películas: la famosa y encantadora Amanecer (1927), la perdida Los cuatro diablos (1928) y su penúltima película antes de fallecer El pan nuestro de cada día (1930). Tabú (1931) no sería producida por William Fox y Fox Film Corporation por los desencuentros ocurridos con el citado productor.

A la producción nos encontramos con el famosísimo Erich Pommer, productor de grandes obras del periodo de la República de Weimar como: El gabinete del doctor Caligari (1920), El último (1924), Tartufo (1926) o Metrópolis (1927), solo por citar algunas. En la fotografía nos encontramos con Carl Hoffmann, que trabajaría previamente con Murnau en la desgraciadamente perdida Deseo (1921). En el guion nos encontramos con Hans Kyser, la obra homónima de Johann Wolfgang von Goethe y la obra del dramaturgo Christopher Marlowe de 1604, llamada La trágica historia del doctor Fausto. En la interpretación nos encontramos al primer ganador del premio Óscar al mejor actor, Emil Jannings -encarnando a Mefistófeles-, que colaboraría con Murnau en El último (1924) y en Tartufo (1926), a la joven Camilla Horn -encarnando a Gretchen- y a Gösta Ekman -encarnando a Fausto-.

Sin duda alguna Murnau consigue una y otra vez que el espectador se sienta embargado y atraído por la historia que se cuenta y por cómo se cuenta. Murnau vuelve a plasmar sus temas más recurrentes y esenciales en Fausto, como son la naturaleza contradictoria del hombre, la tentación del pecado y de las pasiones, la lucha entre el bien y el mal...

Lo consigue con una destreza asombrosa donde se usa la sobreimpresión de imágenes, una iluminación muy cuidada donde los claroscuros toman muchísima fuerza, un gran hilo narrativo que no invita a aburrir al espectador, sino que lo mantiene en vilo y enganchado a la pantalla, absolutamente maravillado por la sucesión de hermosas imágenes que hacen de Fausto una obra digna de estudio, imprescindible del autor, del expresionismo alemán y del cine en general.
YeraiM
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