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España España · valladolid
Voto de miguel martin:
6
Drama Una infidelidad conyugal sirve para desencadenar una película que trata sobre emociones y pensamientos ocultos. (FILMAFFINITY)
9 de septiembre de 2013
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
IZMENA (BETRAYAL-TRAICIÓN de Kirill Serebrennikov)
De cómo en España se titula las películas como se quiere se puede hacer un tratado, y en esta ocasión desconozco quién decide que una película rusa se titule en inglés en vez de respetar el original ruso, pues si se quería ser cosmopolita qué mejor que dejar el Izmena del título, o si no optar por la “traición” del castellano, bien comprensible para el espectador, ya que Betrayal no dice nada para quien no sabe inglés y puedes terminar pidiendo una relaxing cup of café con leche y creerte absolutamente moderno.
Creo que era Hitchcock el que decía que una película ha de empezar con un terremoto y seguir aumentando la tensión, y desde luego el director, desconocido hasta ahora, Kirill Serebrennikov empieza con todo un tsunami, tanto emocional para el protagonista masculino como visual para el espectador en los primeros diez minutos de película.
El tema de la infidelidad conyugal es más antiguo aún que el matrimonio, y como dice el médico que atiende a Fernando Fernán Gómez en “La vida por delante”, “contra el amor el mejor remedio… es el matrimonio”, hasta el punto que uno duda de si los hoteles se inventaron para dar alojamiento a los viajeros o para facilitar las relaciones adúlteras. Si en la espléndida “In the mood for love” dos personas iban tomando conciencia de estar siendo engañados por sus cónyuges y se mortificaban en la recreación de lo que debía haber sido el enamoramiento de sus traidores compañeros, llegando hasta la privacidad de la habitación de hotel sin atreverse a dar el paso último que culminara su propio enamoramiento para no ser como aquellos, en la presente Traición siguen el camino del convencimiento de ser traicionados hasta que, pasado el tiempo, ellos mismos se convierten en los protagonistas de las nuevas traiciones a sus nuevos cónyuges.
La película empieza con la revelación que le hace una médico a su paciente de que su mujer le está engañando con su marido, iniciándose, tras un segundo escenario devastador y que nos sitúa en la levedad de la vida y lo imprevisible del azar, en la progresiva relación que se establece entre ambos protagonistas y en la búsqueda por parte del hombre de las evidencias que acrediten o no la infidelidad de su esposa. Cuando ésta es evidente, nuevamente el azar, o el crimen, pues ambas opciones son posibles, liberan a los engañados, negándose ella a mantener relación de ningún tipo con el hombre, pese a que éste, a su vez, se ha obsesionado con la doctora. Tras un magistral cambio de época, que descoloca al espectador hasta que entiende lo que ha hecho el director, un encuentro casual entre hombre y mujer pasados los años, les avoca a la situación inversa, a la de ser ellos los protagonistas del engaño y de la traición, y aquí la película empieza a decaer, a hacerse larga y repetitiva, como si estuviéramos viendo lo que anteriormente ambos sospechaban de sus cónyuges pero no tenían certeza, concluyendo nuevamente con otra historia de azar o crimen que pone punto final a la relación y al film.
Queda dicho entonces que Izmena tiene un poderoso arranque, una evolución más que notable hasta que una escena en una comisaría, más simbólica que verídica pero que rompe la línea de realismo de la película, provoca el bache, bache que aumenta con la narración de la segunda parte, que envuelve a la película en una pesadez aburrida en su última media hora. Película de claroscuros, de calidad, pero no acertadamente acabada para mantener tanto el nivel inicial como el más que evidente interés de la historia.
miguel martin
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