No sólo por el espectacular papel de Helen Mirren que, como de costumbre, no defrauda, sino por el hilo central de la película, que desconcierta y, ante todo, mantiene al espectador desde el minuto uno hasta el final de la misma. La vuelta a la posguerra y a la oscura época del comunismo en la Alemania oriental, a las barbaridades del nazismo y al dolor y persecución de los judíos es sin duda un punto clave, puesto que sólo el tema, al menos por lo que a mí respecta, genera una atención doble si cabe por el interés y la sorpresa ante tales crímenes, cometidos hace no tanto tiempo.
Intriga, suspense y disfrute de la mejor interpretación por parte también de los tres jóvenes protagonistas y del "malo" del film. Excepto la escena final, excesivamente rocambolesca, la película se merece un notable alto si no un sobresaliente. Como avanzaba al inicio: lo mejor de lo que he visto en la gran pantalla desde hace mucho... mucho tiempo.