Haz click aquí para copiar la URL
Canadá Canadá · Vancouver
Voto de is86:
10
Serie de TV. Thriller. Drama Miniserie de TV (2018). 8 episodios. Tras pasar un breve tiempo en un hospital psiquiátrico, la periodista Camille Preaker regresa a su pequeña ciudad natal para cubrir los asesinatos de dos chicas adolescentes. Durante años, Camille apenas ha hablado con Adora Crellin, su neurótica e hipocondríaca madre, que vive con su marido y con su hija Amma, hermanastra de Camille, una joven a la que apenas conoce. Instalada en su antiguo ... [+]
6 de agosto de 2018
45 de 70 usuarios han encontrado esta crítica útil
Al igual que hice con su otra serie, Big Little Lies, me atrevo a dejar una reseña a los 5 capítulos, tres antes de terminar, para animar a todo el que le guste este tema a verla mientras todavía se emiten capítulos inéditos y porque las cinco horas visionadas ya han bocetado poco a poco otro gran tema, que si en Big Little Lies era la violencia machista infiltrada hasta en lo más próspero, moderno y cultivado de la sociedad, en Sharp Objects es la psicopatía infiltrada en la propia familia. En concreto, las consecuencias de una madre narcisista y los efectos autodestructivos en la hija que no es un trofeo para ella, que no contribuye a su estatus, en la hija descartada, no elegida como niño dorado, sino chivo expiatorio.
Como quien no quiere la cosa, Vallée en dos años nos ha regalado el revulsivo social que ayudó a prender la chispa de la cuarta ola feminista, también por azares de la vida EE.UU acababa de nombrar a un retrógrado al frente del país, y veremos qué consecuencias virales tendrá este segundo proyecto, seguramente visibilizar y que la gente hable mucho más de esta silenciosa violencia emocional social y familiar, de esta enfermedad del ego y desconexión del alma. Aparte de que no exagero si digo que también va a arrasar en los Emmy.

El nexo en común de las sociedades representadas es el daño y esclavitud de los estigmas, vulnerabilidad que se da en sociedades pequeñas o exclusivas y que provoca la búsqueda enfermiza del poder alfa en ellos y ellas, marginaciones (bullying en colegios), aguantar la violencia de un marido antes que divorciarse, la depredación del prójimo mediante difamaciones y rumores humillantes a sus espaldas o el rechazo y destierro al ostracismo de los hijos insumisos, autosuficientes o cuya imagen no da lustre al mérito materno o paterno, así como colocar la imagen del hijo dorado, como un trofeo. Osea la podredumbre de la sociedad intolerante y depredadora, y también paradójica y contradictoria, que ha pasado de tener que lidiar con prudencia en situaciones presenciales de entornos pequeños, a la doble moral de ambicionar ser el eje social de los demás o exponer su vida personal virtual y permanente a ser etiquetada ante millones de personas, buscando beneficiarse de ser el centro de atención del público masivo, pero a la vez renegar de la opinión ajena*. Como diría Napoleón, la opinión pública es un poder al que nada resiste, y en estas dos series se muestra cómo es el germen malvado que provoca toda disfunción, tras lo atractivo de tener un importante estatus dentro de pertenecer a un entorno social exclusivo. En Big Little Lies combaten de raiz la vergüenza y culpa social gracias a la famosa sororidad, veremos cual es el antídoto en Sharp Objects.
*Y lo llamo doble moral, porque en ese caso buscan la atención y la reacción ajena, por lo tanto, no procede queja. Pero en esta serie se muestra como el clásico estigma; que no vivas de tu imagen, que pretendas ser anónima, discreta e igual que los demás y la gente tenga el mal gusto de torturarte con la opinión desinformada que tienen de ti, porque todo el mundo tiene derecho a tener una opinión personal cierta o equivocada, pero no a contártela ni a difamarte por ahí sin conocerte ni haber cultivado una relación cercana contigo. Y uno también tiene derecho a dar a conocer de su vida lo que crea y con quien crea oportuno.

Otro nexo en común entre las dos series son la manera de contarlo con numerosos flashbacks (incluso a veces usando un fotograma subliminal tan rápido como un parpadeo, que hacen que el ritmo fluya) que generan un desconcierto de futuro y otros que van contextualizando el pasado, también recurre a los sueños, imaginaciones, a desdoblamientos de identidad e interacciones con su yo o circunstancias del pasado.

Todavía se desconoce el desenlace, pero el retrato del personaje de Amy Adams es desgarrador, literalmente. Ella es una periodista que es enviada por su jefe a cubrir la noticia de la muerte en extrañas circunstancias de una joven y la desaparición de otra, a la pequeña comunidad de la que ella proviene, pueblo que no pisa desde hace 20 años. Poco a poco se van sabiendo los motivos de su abandono pasado. Allí dejó a un madre tóxica y déspota, incapaz de ser feliz más que autoafirmándose a costa de los demás, que al volver comprueba no ha cambiado, con un nuevo marido aparentemente sumiso y una nueva hija hecha a su imagen y semejanza; una gran manipuladora incapaz de esperar su turno, que busca satisfacer inmediatamente sus caprichos y ser siempre el centro de atención de quien se proponga.
La protagonista, Camille, alojándose en su vieja habitación y adoptando surrealistamente de nuevo el rol de hija, como si nunca hubiese salido de allí, tiene que rememorar la muerte de su propia hermana más de 20 años atrás, por puro paralelismo con los nuevos casos, y casi por una culpa infundada en ella por su madre, que aún muerta la sigue idealizando para hundir su moral en la miseria, o tratar de, como mujer inmadura y emocionalmente analfabeta, impactar desesperadamente en la hija que ha ahuyentado. También debe revivir y afrontar de nuevo sus fantasmas; su infierno familiar que le provocó tanto desequilibrio y autodestrucción, como es sentirse rechazada constantemente por su madre, de manera directa o por omisión, aparentando más empatía, piedad y amor por los demás que por ella, otorgando privilegios a una hija y a ella no, etc. Y esta vez ya no es una niña indefensa, tiene su propia seguridad y experiencia (40 años) para saber lo que está bien y está mal, una tranquilidad innata, una capacidad de disfrutar, muchos años de terapia, cierto autocontrol, credibilidad profesional, carisma social, pero aun así, la manipulación y la toxicidad de su madre y su nueva medio hermana todavía penetran alguna grieta olvidada. Pero como diría su jefe, que más bien parece un padre, debe enfrentarse a esa disfunción para sanarla en su alma.
El final promete ser de traca.
is86
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow