Parece ser que 'Summer scars', algo así como 'Cicatrices veraniegas' no es un título adecuado, y sí lo es 'No hables con extraños'. El título original hace referencia a traumas de por vida, mientras que el título en español te adelanta lo que va a pasar, fastidiando el argumento.

La peli tiene poca chicha. Un grupo de adolescentes, que son rebeldes porque el mundo los ha hecho así, se encuentran en medio del bosque con un pirado, que parece un tío que se esfuerza por ser enrollado, pero que acaba siendo un pequeño psicópata con una pistola de plomillos. Así que toda esa rebeldía adolescente, esa bravuconería inconsciente, y ese 'yo no necesito a nadie', se derrumba a la primera de cambio, demostrando que son más niños que hombres.

Los chicos están acompañados por una chica, que yo esperaba que fuese abusada in extremis, por el psicópata o por los propios chavales, por darle algo de vidilla a la peli, pero qué va. Al final resulta que tiene más intriga y más acción un episodio de Peppa Pig.

La peli queda floja, sobre todo porque carece del sadismo que se espera del título en español. Si la hubiesen titulado 'Nunca hables con extraños, porque pueden tener una pistola de perdigones, dispararte, y que se te infecte, o que sufras un envenenamiento por plomo", no hubiese ido a verla ni el tato, pero hubiese sido más fiel a la realidad. A la penosa realidad de una peli que, por ser los protagonistas adolescentes, no se ha atrevido al sanguinariamiento necesario.