'Sois una colección de tontos, y tú el primero'. Esa frase resume perfectamente el planteamiento de la película.

Básicamente pretendía mostrar lo que significaba el éxodo rural a las ciudades, donde personas ignorantes y confiadas eran objeto de burla, robos, aprovechamiento con engaños y explotación. Éxodo que duró varias décadas más (su momento de mayor esplendor estaba por llegar en los sesenta).

Por otra parte enseña las miserias de la postguerra, con una España deprimida y deprimente, donde había que hacer cualquier cosa por llevarse un trozo de pan a la boca, aunque eso incluyera robar, vender de estraperlo, convertirse en la amante de un hombre maduro o mendigar sobras. Y todavía hay fachas que dicen que durante el franquismo se vivía plácidamente.

Especialmente llamativo resulta que los hombres lleguen a los puños con una facilidad pasmosa y que las mujeres reciban su ración diaria de hostias.

Es una película de corte paternalista intentando prevenir a incautos. Me recuerda a 'Españolas en París'. Puede parecer arcaico, pero en el nuevo milenio en los países del este hicieron la serie 'Matrioshki' con esa misma finalidad, prevenir y educar a almas cándidas. Desde ese punto de vista, podemos decir que la película tiene tintes de corte documental.

Sirve para hacerse una idea realista de la época y para darnos cuenta de que no todo ha sido Alfredo Landa y Paco Martinez Soria en el cine español.

Ah, y cuenta con una artista invitada de excepción: Marujita Díaz. No me hubiese arrimado a ella ni con esa edad, oiga...