Difícil crecer y madurar.... esos decían los psicólogos y detectives frustrados, y debería decir también padres de familia cuadrados.
Arthur vuela por todo lo alto en una vertiginosa aventura alucinante, dulce, bastante estructurada, estudiando y repasando leyendas que se creían difíciles de argumentar para añadirlos incluso en un mesonado afiche publicitario, pero que no sabes antes de darle el punto de partida de tu proyecto si cabrían todos los personajes. Este pequeño niño nos enriqueció estas mentes que estaban apagadas, emprendiendo la dura misión de salvar el legado que su abuelo, aún vivo quiere demostrar sobre seres pacíficos. Amigables, pensadores, candidatos a un partido político sincrético o no, sobre comprender el ritmo cambiante de la vida.

Selenia y Betamech se la juegan limpio y sucio como otra muestra más de que los hermanos se quieren y se malentienden pero se esfuerzan por hacerlo todo junto.... cada parte dramática, por oscura que sea no se desdibuja, está todo en su punto, hasta la invocación de los Matalassai a medianoche de luna llena....
Grande fue mi sorpresa al saberse que David Bowie haciendo del Malvado M incursionó en una de sus pocas facetas del doblaje y decidió cremar toda la pena que habrá desarrollado, sabiendo lo duro que es ser un camaleón del rock and pop popular cambiando a un amo de la calamidad supremo destronando a su propio hijo. Ni crean que una desmesurada representación en el cine para toda la familia tiene escenas positivas, las hay negativas como una falta de sensibilidad ante un Betamech hecho con los músculos polvo ¿No creen que debió ser algo menos irritante y más concentrado en la prosperidad de un humano que lo visite y hablar más despacio?