Me ha sorprendido agradablemente esta película de la que apenas tenía referencias. Sin embargo, su clasificación como comedia la encuentro desacertada. Es una auténtica tragedia, pero llevada con un aire desenfadado y sin tremendismos, y mezclada con costumbrismo, puede que a alguien le haga reír. A mi no, recuerdo demasiado bien el ambiente cutre y opresivo de principios de los años setenta.

Porque la ambientación es de sobresaliente: el mobiliario, los anuncios y programas de la TV (Maricler, maricler, un panty para cada mujer), la oficina siniestra y sus empleados aún mas siniestros. Y la policía. La comisaría de Via Laietana. Los descampados por doquier. La forma de vestir, los peinados, la forma de ser y actuar... Todo es fantástico. Para los que hemos vivido esos tiempos es volver a nuestra infancia o adolescencia.

Y la tragedia se masca en esas vidas sin sentido, apagadas. José y Joan son dos inadaptados, incapaces de ser felices. Y esa sociedad cerrada, estrecha de miras, no les ayuda en nada. La relación con los extraterrestres, el nacimiento del hombre cósmico, todas esas reuniones, libros, no son más que la búsqueda de algo trascendente que acaba siendo lo más importante, el motor de su existencia, aquello por lo que vale la pena dar la vida entera.

Como punto negativo, algunas escenas que me parecen irrelevantes, solo de relleno (en espoiler).

En conjunto la considero una película muy digna; no sé hasta dónde es o no fiel al suceso original, pero el trato compasivo que se da a sus protagonistas la redime de cualquier intento de morbosidad.