Por circustancias azarosas he llegado a esta película y, que quieren que les diga: es como si a un chileno le pusieran una película de los Morancos (célebres humoristas andaluces de peculiarísimo estilo). No me malinterpreten, pues esta película tiene infinitamente más calidad que cualquier gag de los sevillanos; me refiero más bien a que es terriblemente local, y eso pesa a la hora de exportarla. Para empezar, el acento mejicano es muy cerrado, a veces ininteligible, y todo está regado de "pinche", "güey" y otros localismos que producen la misma sensación que a un uruguayo nuestros "olé", "quillo", "ozú", etc. Reespecto al guión se trata de una película sencilla sobre el futbol y la sociedad, que mantiene el interés y narrada sin grandes altibajos. Las actuaciones de Bernal y Luna no me parecen mal, pero son nuevamente para consumo interno pues deben reflejar esterotipos del país que a mí se me escapan un poco. En definitiva, si quiere ver una película mejicana escapando un poco de sus cineastas universales no es una mala opción.