Escribo estas letras a falta de ver la octava y última temporada y no creo que la modifique cuando todo haya acabado: he visto suficientes episodios como para tener una idea clara y tengo fe en un cierre digno, así que allá vamos. A Juego de Tronos se le ha reprochado que abusa del mamerío, de la violencia gratuita, que si no sigue los libros, que si los guiones flaquean... de todo. Y todas esas acusaciones son ciertas, pero hay unos "peros" gloriosos:

- Dudo mucho que volvamos a ver una serie con el diseño de producción de ésta: cada sucio dolar invertido luce como es debido en vestuario, efectos visuales, exteriores, iluminación... Ha sido un riesgo para los productores meter un volquete de dinero y solo puedo felicitarles porque visualmente es un diez rotundo y definitivo. Lo mismo para las batallas, tan difíciles de rodar (bien) y que aquí están magnificas.
- Dudo mucho que volvamos a ver una serie con un reparto semejante: ya no es que los actores desconocidos estén perfectos en sus papeles, sino que asistimos a un auténtico desfile de leyendas del repertorio clásico HBO que dan ganas de levantarse a aplaudir entre lágrimas. El casting es insuperable.

Y sí, el conjunto es un potaje del Ciclo Artúrico, del Universo Tolkien, el Universo Dune, la Guerra de las dos rosas, Robert Kirkman, Sam Raimi y hasta Ray Harryhausen si me apuran, pero está todo mezclado con mucho salero, copón. En general consigue un buen equilibrio entre el puro espectáculo y la trama política y los personajes son inolvidables, de modo que el veredicto final es:

¿Es la mejor serie de la historia?: NO. Al final la sombra de David Simon es muy alargada.
¿Es una serie que todo aficionado debería ver?: DEFINITIVAMENTE SÍ. Es un espectáculo talentoso deliciosamente presentado y pasará a la Historia con merecimiento.