La vía natural para llegar a esta película son los ecos del nombre de Eisenstein y el calificativo de "clásico", que en ocasiones es equivalente a "si no la has visto no sabes nada de cine". Ese fue mi caso, y partiendo de que me considero mínimamente entendido en cine expresaré mi opinión y justificaré el 6 que le he dado. Para empezar, basta fijarse un poco en la estructura formal (montaje, montaje, montaje) para percibir que el tío Sergei era un genio y uno de los adelantados que forjaron el lenguaje cinematográfico: gracias a gente como él se pasó de teatro filmado al cine, a una forma nueva de hacer arte. Ahora bien, este hecho, que vendrá en multitud de libros y saldrá de multitud de bocas de sesudos intérpretes no excluye que, a menos que se tenga un conocimiento superior a la media sobre la revolución rusa o se sea muy cinéfilo, la película se haga larga y sea muy poco estímulante. Repito que cuenta con multitud de escenas muy reveladoras desde un punto de vista narrativo y técnico, pero si el cine pretende ser entretenimiento y no solo una curiosidad, esta película no lo es, sino más bien un panfleto que tuvo su momento y su lugar, y que fue rodada por un fenómeno. Por tanto, si quiere aumentar su cultura cinematográfica, tire de otros muchos clásicos igual de buenos e infinitamente más entretenidos, y si quiere ver algo de Eisenstein, sin duda le recomiendo El acorazado Potemkin. Sinceramente pienso que es una soberana memez despreciar al que opine que esta película es un tostón; es como pretender que el aficionado al teatro tenga que tragarse todas las obras de Esquilo o Sofocles para que no le miren mal.