Si algún listo les dice antes de ver la película que es Bourne en Irak, no se sulfuren: respiren hondo, cuenten hasta diez y respondan "Copón, pues es verdad...". Y es que el tandem Damon-Greengrass funciona como una reloj (otra vez) y nos regala una película trepidante y llena de grandes momentos de acción, amén de reflejar a la perfección el caos que debió ser esa ciudad. Ciertamente el hilo argumental está muy manido y tiene una clara intención ideológica, pero el espectáculo no queda deslucido.

PD: A años luz de Black Hawk derribado en cuanto a sensibilidad y equilibrio en la visión de un conflicto bélico. Los iraquíes hasta parecen personas.