Como los aspectos meramente estéticos de esta película ya han sido diseccionados hasta la extenuación, no añadiré más leña al fuego: la dirección artística es sobresaliente, y si tuviera que recomendar una explicación visual sobre la obscenidad material del Antiguo Regimen, esta sería la película. En este sentido, creo que Coppola transmite perfectamente el grado de decadencia de los últimos Borbones franceses, su superficialidad, su desprecio olímpico por su pueblo y lo insostenible de su modelo de gobierno, pero amigos, no esperen mucho más, pues argumentalmente esta película es (voluntariamente o no) muy, muy pobre al margen de las muselinas y los interminables jardines de Versalles. Por tanto, las acusaciones de video-clip de dos horas de duración, en mi opinión son legítimas. Respecto al personaje central, lamento comunicarles que el retrato es ponzoñoso y esencialmente falso: María Antonieta no era tan solo una jovencita austriaca frívola y cursi, sino una reaccionaria de tomo y lomo que obstaculizó con todos los medios de los que dispuso una serie de reformas imprescindibles, por lo que si les da la sensación de que no le importaba un carajo el hambre ajeno, es rigurosamente cierto. Se que esto es irrelevante, porque se trata de cine y ficción, pero me sacó de quicio esta visión tan benévola de este ser melindroso y completamente prescindible en la historia. Por abreviar, buen envoltorio, buena mano en la dirección, aceptables interpretaciones, pero para este viaje no necesitabamos tales alforjas, la verdad... Lo de la banda sonora con temas modernos es absolutamente irrelevante en mi opinión.