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Voto de DavidCarideS:
6
Thriller. Drama Frank trabaja como camello para Milo, un gángster al que debe 10.000 dólares. Cuando Milo le exige que pague su deuda, Frank se embarca en una operación de gran envergadura, pero la policía se incauta de la mercancía. Milo pierde la paciencia y está dispuesto a cobrar como sea; así que Frank se lanza frenéticamente a la búsqueda del dinero. (FILMAFFINITY)
3 de junio de 2013
9 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
En 1996, mientras Danny Boyle dejaba su impronta con 'Trainspotting' y su visión videocliperamente adictiva de cinco colegas atrapados en el turbio mundo de las drogas, en Dinamarca, un joven cineasta de 26 años llamado Nicolas Winding Refn, expulsado de un par de escuelas de cine (quien sabe si por pegar a algún profesor o compañero…) entregaba 'Pusher', su ópera prima; un filme que se movería a rebufo de la genialidad de Boyle, pero que con el tiempo gozaría de cierto reconocimiento popular hasta alcanzar el status de película de culto.

‘Pusher' muestra bajo una estética Trash los ambientes delictivos de Copenhague en un primer acercamiento de Renf a la violencia, menos exhibicionista que a posteriori, pero con una fuerte carga conceptual. El por aquel entonces primerizo realizador recurre a la cámara en mano retratar la inmundicia con veracidad a través de ambientes reales. Vítores del danés, Refn consigue su objetivo saliendo en ocasiones beneficiado de sus técnicas de guerrilla hasta el punto de hacer de la película una apariencia de documental sobre los bajos fondos de la capital danesa. La suciedad imperante de la película no tacañea en diálogos basura sobre sexo y drogas acordes con el concepto ‘Trash’, que si bien son deleznables, son parte importante de la ambientación. El problema llega en que toda esta composición se queda en lo superficial; la obsesión por la suciedad del realismo y por lo salvaje del mundo criminal, se sobrepone a la introspección de sus personajes.

Al igual que la obra maestra de Boyle, ‘Pusher’ se configura bajo un ordenamiento coral que se irá dilantando en torno a un solo personaje con el rostro de Kim Bodnia. Desgraciadamente al actor de Copenhague no le llega el material que propone Refn como para crear un protagonista más allá de la caricatura; le falta vehemencia en sus conflictos y momentos humanos donde no esté realizando sus cotidianos trapicheos o entablando conversaciones de besugos. Bodnia es devorado por la estética sin poder desenvolver su potencial, ni desde la imponencia física ni desde el talento dramático. El futuro director de ‘Drive’ se percataría de este problema en las dos secuelas siguientes, conformando una trilogía con pros y contras de la que se puede decir que su primera entrega, a pesar de aun resultar interesante, es la más floja.

@DavidCarideS

blog: http://lazona-b.blogspot.com.es
DavidCarideS
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