Las relaciones destructivas, a la coca y al sexo, colocándonos “Así del precipicio”. Para la sociedad supuestamente con mentalidad abierta, el filme logró su cometido “incomodar”, generar polémica y convertirse en otra de las más taquilleras. Con humor negro y a través de la mirada femenina nos exponen las adicciones a las que estamos expuestos, sin profundizar en las temáticas y con un guión sencillo y explicito se busca de alguna manera fomentar la conciencia en la juventud de lo cerca que se puede estar del abismo.

La opinión de mucha gente se contrapone con está visión, al afirmar que hay estimulo para el acercamiento con sustancias prohibidas e incluso la promoción de la homosexualidad; y con esto solo se confirma que los valores morales continúan siendo limitados, y para llegar a la mentalidad del Europeo falta mucho.

Con críticas implacables Teresa Suárez y Ana de la Reguera se colocan en el centro de la controversia; desde mi punto de vista Ana sale airosa ya que las desinhibiciones quedaron fuera del set de filmación y es una prueba de fuego para está actriz que va poco a poco demostrando su multifacético modo de interpretar; con Ingrid Martz y Ana Ciochetti sucede algo similar, aunque sus personajes son poco desarrollados y la autoaceptación es abordada de manera fácil y sin complicaciones; con Gabriela Platas y Rafael Amaya, la artista y el gay se nota más el desmadre y pareciera que el guión no se sustenta en algo serio, pero al contrario, cuando se está inmerso en todo esto es la visión correcta, en la que se resta importancia a muchas cosas.

En este caso le toco a la clase mediera y por fin dejaron a la baja fuera del estereotipo, señalan que como seres humanos tenemos defectos y olvidarnos de los errores que solo atañían a los pobres.

Los creativos siguen proponiendo y el publico dispone con que propuesta se queda, hoy después de las nominaciones al Ariel, Así del Precipicio se quedó en el camino cediéndole el paso a otras películas de mayor calidad.