Occidente siempre se proyectó inquebrantable en cuestiones de salud, asumió la supremacía que el desarrollo científico y tecnológico le brindaba. Frenó —hasta cierto punto— en el consciente colectivo la vulnerabilidad de la especie humana ante la aparición de agentes virales que hoy asolan a las grandes potencias y que todo parece indicar se dirige a arrasar entre aquellas naciones menos desarrolladas.

Hoy al llamado COVID-19 golpea con dureza los diferentes flancos de la sociedad, ha derribado los sistemas de salud y orilla a la humanidad al confinamiento para debilitar su propagación. Dicho aislamiento será el reto para algunos ante las medidas implementadas y donde las distribuidoras de películas por internet serán las encargadas de apaciguar el encierro obligado y mitigar el ocio.

«Virus» el filme surcoreano es parte de la oferta, un thriller apocalíptico acorde al tiempo que vivimos, sobre epidemia descontrolada en su propagación, el pánico inicial en la comunidad y las medidas tomadas a nivel gubernamental ante la tragedia. Un filme de arranque excepcional, estelarizado por una pequeña niña, su madre y un camillero que las conoce incidentalmente en un accidente de tránsito que inesperadamente se conducirán por un caos inmediato, relativamente efectivo, pero de clímax torpe y cierre por demás complaciente.

Su director al tratar de hacer un filme redondo y obsequioso, trata de llevar la trama por el terror —que para su servidor es lo mejor—, y conducirlo hacia un thriller y concluirlo a un melodramático cierre, donde el planteamiento inicial —la enfermedad—, fue desplazada abruptamente por el despliegue efectista de un cine que alude al cine irremediablemente comercial.

Una película que se asegura del entretenimiento, no más