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España España · Madrid
Voto de Edu16k:
7
Comedia. Acción Miami, años 90. Daniel Lugo y Adrian Doorbal entrenan muy duro en el gimnasio cada día. Debido a su profesión como culturistas, dedican más tiempo a atender su cuerpo que a cualquier otra faceta que suponga un esfuerzo mental. Daniel adora el fitness, pero es un trabajo que no da mucho dinero, y pensar que toda su vida se dedicará a ello le agobia, por lo que decide pasar a la acción y dar un gran golpe. Los dos, junto con Paul, un ex ... [+]
29 de agosto de 2013
3 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Esta cinta está firmada por el escandaloso director Michael Bay, el cual deja de ponerse pesado con la saga “Transformers” y se reta a sí mismo en esta cinta de acción y comedia negra basada en unos inimaginables hechos reales.

“Dolor y Dinero” es todo un reto no sólo por el presupuesto (25 millones de dólares, en comparación con los 250 de “Transformes 3”), conseguido a base de recortar salarios a los protagonistas (a Mark Wahlberg se los devolverá en “Transformers 4”, que ya ruedan juntos) y conformarse con una única explosión en todo el film (y encima justificada, lo cual no suele ocurrir en sus películas). Sino que, a parte de lo ya mencionado, el gran reto de Bay era saber contenerse a sí mismo, ceñirse a contar una historia pequeña, sin situaciones estrafalarias y explosivas. De esta forma, el “sello Michael Bay” se diluye en favor de una historia basada en hechos reales, regalándonos el director californiano su mejor película desde “Dos policías rebeldes II” (2003).

La historia se centra en tres culturistas (Wahlberg, Dwayne Johnson y Antonhy Mackie) que cansados de ver cómo en el gimnasio donde trabajan acude gente con mucho dinero y que ellos nunca podrán aspirar a sus sueños, deciden robar a uno de sus clientes (Tony Shalhoub). Pero su improvisado plan no saldrá cómo habían previsto, y los problemas se escaparán de su control.

De esta forma arranca “Dolor y Dinero”, una cinta que se beneficia de su irreal argumento (al que Bay insiste en reiterar que está basado en hechos reales) y se potencia por la actuación de sus protagonistas, los cuales no se limitan a mostrar sus trabajados cuerpos para la ocasión, sino que saben plasmar las dudas, deseos y falta de inteligencia de este trío que ha visto demasiadas películas sobre robos perfectos.

Michael Bay consigue plasmar en un metraje acostumbrado al exceso, en esta ocasión sólo en la duración, las penurias del ciudadano medio americano; que sueña con hacerse rico con el mínimo esfuerzo y que se considera con derecho legítimo a lo que no le pertenece. El director realiza uno de sus mejores trabajos (pero sin llegar a la altura de la saga “Bad boys” y la formidable “La Roca”, de 1996), pero vuelve a reflejar algunas de sus manías, como son los planos excesivamente ralentizados. Lo que sí es muy loable por su parte es ofrecernos un guión más pulido y coherente, con unos chistes y gags menos pueriles que en su saga robótica, así como un montaje (aunque falla en esa secuencia de finales del film al contárnosla en la primera escena) y unos efectos visuales menos excesivos y agobiantes.

En cuanto a las interpretaciones, podemos disfrutar de unas actuaciones muy solventes, con un Wahlberg (“Ted”) muy cómodo en su papel protagonista, sabiendo construirlo y hacerlo creíble. También podemos gozar de un Dwayne Johnson (“G.I. Joe, la venganza”) que desde que se ha quitado el apodo “The Rock” del nombre, se nota que se ha tomado en serio su carrera en el cine, lo cual se agradece enormemente. También la cinta se apoya en unos secundarios conocidos y que aportan solidez y gracia a la historia, como son los casos de Ed Harris (“Al borde del abismo”), Rebel Wilson (“Dando la nota”) y Ken Jeong (saga “Resacón”).

En resumen, Bay nos regala un trabajo desconocido en él, siendo comedido y coherente en su trama y escenas en la mayor parte del metraje; el cual se beneficia de unas solventes interpretaciones y una historia basada en hechos reales, que se aprovecha adecuadamente de su locura para aportarnos altas dosis de comedia negra y crítica a la sociedad americana.

Lo mejor: Un trío protagonista en estado de gracia que consiguen apoyarse en unos secundarios excelentes que conforman una cinta excesiva salpicada de humor negro, siendo el trabajo más oscuro de un director muy simple.

Lo peor: Que Bay no consigue acertar nunca con los metrajes, siendo siempre excesivos. Ciertos errores la alejan de ser su mejor obra, pero es recomendable y muy entretenida.

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