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España España · Barcelona
Voto de Langfuller:
8
Drama En 1659, el inglés Robinson Crusoe, el único sobreviviente de un naufragio, llega a una isla desierta. Tras varios años de soledad, descubre que la isla está habitada por salvajes. Tras enfrentarse con ellos, salva a un nativo a quien le pone el nombre de Viernes. Juntos vivirán en la isla algunos años más hasta que aparecen otros náufragos. (FILMAFFINITY)
20 de noviembre de 2007
37 de 49 usuarios han encontrado esta crítica útil
Probablemente esta historia interesara a Buñuel por el contenido psicoanalítico que tiene ya en el original (no olvidemos que Freud no inventó nada). El complejo de culpa paterno acosa a Robinson durante sus años en la isla, está convencido de que sus desdichas son fruto del pecado original de haber desobedecido a su padre al enrolarse en un barco. La creencia en la Providencia, en la figura paterna de dios, es la contrapartida de este temor omnipresente. Robinson se reprocha a lo largo de la novela su falta de agradecimiento al dios que provee y este descuido quizá le empariente con Odiseo, antes que con Job. El héroe aqueo propició con su "hybris" la animadversión de Poseidón y como Robinson es condenado a la furia de los mares y al ostracismo por más de veinte años. La condena paterna terminará de manera poética cuando ayude a recuperar su posición de poder a otra figura paterna: el capitán de un barco español cuya tripulación se ha amotinado.

Según Marx, Robinson Crusoe es un canto moderno al individualismo burgués. En el personaje de Defoe la fe en el progreso y en la providencia es evidente. Robinson es un titán, un nuevo Prometeo, capaz de ejercer todos los oficios y de erigir una civilización nueva y utópica con la sola labor de sus manos. El náufrago es marinero, agricultor, pastor, alfarero, carpintero y por fin gobernador de su isla. Logra hacer del trigo, harina y de la harina, pan, y de la madera consigue carbón. Levanta una cabaña, un palacete, una fortaleza, corrales, canoas... Su don de oficios, su inventiva, su humanidad, en fin, resulta agotadora y deslumbrante. Buñuel tratará de invertir la condición burguesa del Robinson original, hará fracasar su fe comparándole a un rebelde contra dios, a Tántalo y a Prometeo sucesivamente, y cuestionará su progreso que conduce a la insania del protagonista.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Langfuller
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