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Voto de cine con palillos:
10
Drama Un samurái pide permiso para practicarse el Seppuku (o Harakiri), ceremonia durante la cual se quitará la vida abriéndose el estómago al tiempo que otro samurái lo decapitará. Solicita también poder contar la historia que le ha llevado a tomar tan trágica decisión. (FILMAFFINITY)
20 de noviembre de 2016
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Lo que hace de Harakiri una obra maestra, recae en cómo el protagonista logra hacer viajar al espectador con su relato a las causas mismas de su determinación a cometer dicho ritual de suicidio. ¿Y cómo lo hace? bajo la más fría serenidad en que se encuentra sentado, sumada a la tosca impronta al hablar; algo inquieta, algo ansiosa, incluso a ratos llevada con la más completa mansedumbre, consiguen una narración nerviosa, y aquí el juego brillante: constantemente uno se lleva a preguntarse ¿podrá terminar de contar su historia?

Siglo XVII. Han llegado tiempos de paz en Japón y con ello, miles de samuráis han quedado errantes por no contar con un amo.

Sin mucho más instrucción que la batalla, un importante número de ellos se ha vuelto inútil y visto obligado a optar por la limosna. Otros, más dignos, en practicar el Harakiri, máxima ceremonia para redimirse y recuperar el honor, que consiste en destriparse con un Tantō, mientras un ayudante lo decapita de un sablazo.
Harakiri es una película inteligente. Con una manera de relatar fuera de lo común que va deconstruyendo una historia pasada para darle sentido a un suicidio inminente.
Un cuchillazo directo al vientre
Harakiri destaca dentro del cine de género samurái por una sencilla razón, y es que aborda de manera crítica las prácticas de los clanes guerreros. En ningún caso prima el honor, la lealtad, la determinación; la elegancia del acero justiciero que es blandido por un guerrero ejemplar… No. Harakiri es un grito de protesta. Un cuchillazo directo al vientre del sistema feudal japonés del siglo XVII, en donde la hipocresía de los líderes maquillan ritualidades otrora honorables para mantener las apariencias del prestigio de los clanes samuráis.

En Harakiri se expone cómo mediante un rito honorable, se atenta contra la dignidad del ejecutante. Harakiri es una película filosófica, que lleva a cuestionarse ética y moralmente el actuar de los involucrados; por lo demás, invita a un ejercicio muy similar al que se logra en Rashômon de Akira Kurosawa sobre qué es la verdad, cuando solo se conoce la consecuencia pero no la causa. ¿Qué se obtiene? Una deliciosa narración que termina por revelar el origen de su anhelo a redimir lo que parecía ser cobardía, al más loable honor.

Estamos frente a una de las mejores películas del género samurái. Sublime.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
cine con palillos
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