Partiendo de la poca excentricidad de la dramaturgia americana, la trama, que distiende con armonía y celeridad, te envuelve en un mundo denso pero fluido, escalofriante y apasionante, cercano pero a su vez distante. No deja a nadie indiferente. Imposible seria no reconocer el gran trabajo que llevan a cabo sus productores sacándole el máximo partido a una historia ya muy explotada, como es la de Pablo Escobar. Especial mención merece Wagner Moura, con una interpretación de sobresaliente.