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Argentina Argentina · Quilmes
Voto de Ronin:
10
Comedia. Fantástico A los doctores Venkman, Stantz y Spengler, expertos en parapsicología, no les conceden una beca de investigación que habían solicitado. Al encontrarse sin trabajo, deciden fundar la empresa "Los Cazafantasmas", dedicada a limpiar Nueva York de ectoplasmas. El aumento repentino de apariciones espectrales en la ciudad será el presagio de la llegada de un peligroso y poderoso demonio. (FILMAFFINITY)
17 de febrero de 2014
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Los doctores Ray Stantz, Egon Spengler y Peter Venkman son un grupo de científicos frikis especializados en una y mil ciencias ocultas, seguidores de todo lo extraño y paranormal, y con un genio tan impresionante como... impráctico. Esto hace que fracasen en todos sus emprendimientos y sean expulsados de forma deshonrosa de su Universidad. Es cuando ellos deciden tomar la decisión más loca y, en cierto punto, romántica: apostar sus vidas enteras a profundizar y capitalizar la investigación paranormal... y dedicarse a cazar fantasmas, no tanto por ser justicieros o bienhechores, sino por el más puro capitalismo.

Pero, sin duda, los que verdaderamente son héroes son Dan Aykroid, Harold Ramis y Bill Murray. Los dos primeros pensaron y pusieron en marcha la idea de una historia así, tan extremadamente original para su época como para la nuestra. La idea de un grupo de luchadores contra los fantasmas es tan extremadamente fantástica, inverosímil y nueva que la convierte en una apuesta muy fuerte. Aykroid y Ramis se jugaron la vida a todo o nada, a crear la ridiculez más grande del cine... o un clásico inmortal. Y para definir la balanza está el héroe Bil Murray, estrella consagrada del Saturday Night Live, que se suma al equipo para otorgarle una inyección de carisma, humor, desfachatez, frescura. Precisamente, todo lo que amamos del cine de los '80. Prácticamente, se carga la película al hombro liderando todas las escenas, pero en la medida justa para que a su alrededor todos los demás, desde una Sigourney Weaver que te conquista como un Harold Ramis entrañable y una Annie Potts sarcásticamente perfecta, brillen también.

Esta película nos presenta una sumatoria de puntos altos, pero el mayor es sin dudas su banda sonora. Ya obviando el clásico inmortal de Ray Parker (punto suficiente para que sea un éxito con sólo nombrarla), la musicalización es icónica, los pianos de las escenas divertidas acompañándonos en las sonrisas, la música romántica del encuentro entre Peter y Dana, y la canción "Magic" en el momento en que todos los fantasmas son liberados ("Please.... please.... pleeeeeeeaseeee....").

Ghostbusters, por su propio poder de fascinación, se ganó desde el principio el derecho a la subjetividad, a que la juzguemos, más que por sus detalles técnicos o imperfecciones, por la fascinación que provoca cada vez que la vemos de nuevo. O sea, lo más importante.
Ronin
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