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España España · SEVILLA
Voto de montipito:
4
Drama Berlín, 1936. Sorowitsch (Karl Markovics), el rey de los falsificadores de moneda, es un judío sin escrúpulos que cree que "la manera más rápida de ganar dinero es fabricar dinero" y no le preocupa en absoluto lo que está sucediendo a su alrededor, ni siquiera la situación de los judíos. Sin embargo, cuando estalla la guerra, es arrestado y llevado a un campo de concentración nazi, donde se ve obligado a trabajar con otros ... [+]
1 de agosto de 2012
1 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
En 1936, el judío falsificador Sorowitsch es encarcelado por la policía alemana y enviado a un campo de concentración, donde encuentra protección de los guardias por hacerles retratos. El policía que lo detuvo en Berlín ahora está destinado en un campo y las autoridades le han encargado reunir a excelentes falsificadores de monedas para llevar a cabo el plan Bernardt, cuya finalidad era provocar una terrible inflación en Inglaterra y en USA. El comandante alemán facilitó toda la maquinaria necesaria al equipo de falsificadores y unas mejores condiciones de vida que en el resto de los campos. Los tipógrafos consiguen falsificar con éxito la libra y retrasan todo lo que pueden la del dólar pero son amenazados para que entreguen resultados en un tiempo breve. Cuando la guerra tocaba a su fin, el anuncio de trasladar la maquinaria de impresión a otro campo fue la señal clara de que iban a ser ejecutados. Se salvan por la oportuna llegada de los comunistas del ejército rojo, a los cuales tienen que justificar por sus tatuajes que son prisioneros judíos.

La película está basada en la memoria del tipógrafo Adolfo Burger. Por desgracia todo el guión gira entorno al equipo de tipógrafos, encerrado en un barracón, a cuyo frente está Sorowitz y presenta poco interés en el desarrollo del argumento. Reitera hasta la saciedad los malos tratos de la guardia, las amenazas y la incertidumbre de ser gasificados en las duchas. El director pierde la oportunidad de ahondar en la operación Bernhardt que pudo provocar una inflación de carajera en plena II guerra y poner en entredicho la victoria de los aliados. Los alemanes sabían de sobra los efectos de inundar el mercado con billetes, como se hizo en 1922 cuando Alemania se vio forzada a pagar indemnizaciones por haber perdido la I guerra. Al gobierno de posguerra, que no quería afrontar esta deuda, no se le ocurrió otra cosa que pagar a los aliados con billetes sin respaldo metálico y todo el mercado alemán sufrió una terrible inflación que hizo subir vertiginosamente los precios desplomándose toda la economía en unos meses. El de 1922 fue un dinero de curso legal y el de la operación Bernardt, falsificado. Daba igual: los efectos lesivos de la inflación se dan con el exceso de dinero en circulación, sea verdadero o falso.
montipito
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