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España España · SEVILLA
Voto de montipito:
5
Drama En Los Ángeles, durante una jornada especialmente agobiante a causa del calor y del colapso del tráfico, de repente, un ciudadano normal se rebela de manera violenta y destructiva contra todo lo que lo rodea. Bill Foster (Michael Douglas) no es más que un hombre corriente que supera como puede las frustraciones de cada día y que lo único que quiere es regresar a casa. Un oficial del departamento de policía (Robert Duvall) intentará ... [+]
19 de octubre de 2012
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Bill Foster [Michael Douglas], separado y sin trabajo, abandona su coche en un atasco camino de la casa donde viven sus hijos aunque tiene una orden expresa de alejamiento. El caminata y el calor consiguen irritarlo al ver diversas situaciones que no le gustan nada: una tienda de un coreano que abusa de los precio y está a punto de romperle toda la mercancía con un bate, unos chorizos que tratan de robarle y sale por patas, un yonki, un encargado de obra pública que no hace ni el huevo, una pizzería con horario rígido que irrita al Foster de marras y le da por disparar ráfagas de metralleta, unos ricos jubilados jugando al golf y un nazi añorante y tarado al que lo elimina de un balazo. Aunque el muestrario no es muy extenso, sin embargo el espectador termina haciéndose a la idea de que Foster en un desquiciado en cuyo poder ha caído una bolsa con armas de fuego. La cosa, con una policía que tarda un siglo en dar con este destartalado mental, va a terminar mal simulando en el pantalán de los Ángeles un duelo con un policía jubilado [Robert Duvall] que pone fin a la violencia y agresividad de este trastornado al más puro estilo de los vaqueros del lejano oeste. Como para encerrar al director de la película en un manicomio.

Buen papel de Michael Douglas pero no del resto de la plantilla. Guión elemental basado en un muestrario elemental de situaciones sociales con las que el desequilibrado se va irritando y descargando su furia y las ráfagas de su metralleta. Un loco anda suelto y la policía entretenida en una jubilación no da con él. Este no es un caso para resolverlo en el pantalán en un duelo entre un policía jubilado y el loco. Lo propio en estos casos es dispararle con un dardo adormecedor y después llevarlo a psiquiátrico. Película absurda, con pésimas soluciones, muy tontorrona en el papel reservado a los servidores del orden; desfogarse con una metralleta en manos no es lo común, ni siquiera en USA.
montipito
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