Familar y disfrutable largometraje animado que, sorprendentemente, triunfa más en el fondo (el guión) que en la forma (la animación... sin desmerecerla. Ya que, aun presentado a personajes con rasgos simples, los paisajes en 3D y los espectaculares vuelos son realmente envolventes y están al servicio de la historia con tino).

Bien escrita y bien realizada, la película nos narra las peripecias de Hippo: un perdedor y enclenque adolescente (pero de buen y cándido corazón) que no encaja dentro de su aldea llena de corpulentos machorros belicosos cuyo único tema de conversación es la matanza de dragones.

Como todo héroe infantil del cine, Hippo busca su lugar y oficio en el mundo (vickingo) para no decepcionar a sus paisanos y su padre... y descubre esa vocación de forma épica, con momentos de aventura, aflicción y amor. Hippo descubrirá el poder de la amistad que le da (literalmente) alas, y que su exclusivo corazón sensible y comprensivo dentro del mundo vickingo le hará un héroe.

Se trata de una película desigual, que a muchos ratos no evita su tono infantil y previsible... pero que sin embargo sorprende regalando algún que otro gran momento sensible y memorable, desarrollando la trama con un progreso admirable en su guión y redondeada con un buen acabado.

Y es que, si bien opino que a la historia le cuesta arrancar (haciéndolo de forma ordinaria y con un ritmo lento), una vez pasados los prolegómenos la trama evoluciona con un excelente tacto, desarrollándose con un gran interés al ganar minuto a minuto en complejidad y sentimiento; construyendo unas situaciones cargadas de emociones de adversidad, aventura o amor (maravillosas algunas secuencias sobre la bonita e imposible amistad niño-dragón, o algunas escenas de grandiosos vuelos imposibles sobre lagos y nubes) y edificando unos logros y unos personajes que acaban resultando queridos e interesantes (el film sabe exponer situaciones adversas de forma potente para desear su resolución; y resulta un deleite observar a los personajes: la ternura y el amor de "Desdentao", la ironía desenfada y cómplice de Hippo, la injusta ignorancia de su padre, la valentía y arrojo de Astrid, etc.).

Y es que, al final, esta humilde historia de amistad y aventuras va progresando tan bien que, una vez en situación, se ve con enorme placer y no se desea que termine. Deja una sonrisa en la cara por mucho tiempo y sube la moral de forma alentadora. "Cómo entrenar a tu dragón" tienen la gran baza de exponer una enseñanza vital tan empática como gratificante, y la transmite con una deliciosa ternura y un optimismo edificante, ahondando en los sentimientos de amistad incondicional, incomprensión e injusticia de forma inteligente, melosa, sutil y delicada.

Pero lo mejor del film es su banda sonora (la más bonita y memorable del año) que se adecua con perfección al movimiento de cada personaje y situación, conviertiendo algunas secuencias en preciosos bailes narrativos.

Lo mejor: La banda sonora...