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España España · MADRID
Voto de Spark:
7
Comedia. Fantástico Violet, Klaus y Sunny Baudelaire, tres niños huérfanos, son adoptados primero por unos extraños parientes y después por Lemony Snicket (el narrador de la historia). También se hace cargo de los Baudelaire el astuto y ambicioso Conde Olaf cuyo objetivo es arrebatarles la herencia. Violet, la mayor, tiene catorce años y es la más valiente de los tres. Klaus, de doce años, es muy inteligente y vive obsesionado con el mundo de las palabras. ... [+]
10 de enero de 2023
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
En 2004 nos llegó un curioso y aseado largometraje para toda la familia. Una adaptación de la serie de novelas infantiles de Lemony Snicket (pseudónimo de Daniel Handler). El film mantiene el tono original de las páginas de Snicket/Handler, con una narración desahogada a la par que instruida.

Tras hermanos quedan huérfanos y son puestos bajo la tutela de su estrambótico y perverso tío, el Conde Olaf (Jim Carrey), que solo busca deshacerse de sus sobrinos de mil y una formas para hacerse con su cuantiosa herencia... pero estos niños resultan ser aun más ingeniosos que él. Robert Gordon (guionista de otras sátiras triviales como "Men in Black II" (2002) o "Galaxy Quest" (1999)) acierta con su mejor guion hasta la fecha al trasladar el relato del escritor californiano de forma sucinta (el compendio de avatares particulares queda reducido a la esencia. Para una disección más fidedigna tenemos la serie de Netflix de 2017) pero manteniendo el espíritu del humor irónico (a ratos hasta humor negro) con equilibrio hacia su trama de aventuras de fantasía. Hay en "Una serie de catastróficas desdichas" una despliegue de escenas surrealistas de lo más atractivas, y hay en el film un poso de diversión desenfadada que va agilizando este relato apto para todos los públicos (pues los temas que trata de las relaciones familiares, el materialismo, y la maldad macabra siempre se tratan de forma somera y adecuada para con su público infantil). La cinta nunca evita recurrir a la voz en off de Snicket (Jude Law) o romper con la cuarta pared cuando la trama necesita cierto alivio y ligereza.

Y, aunque su argumento se vaya desarrollando de forma tan superficial como accesible (los deux ex-machina son un continuo en este film), capta la atención de la audiencia gracias a los recursos de comedia disparatada y/o avispada y a una sobresaliente puesta en escena. Y es que la ambientación de "Una serie de catastróficas desdichas" es de una superlativa composición pictórica, con elementos parejos en lo cromático de forma inspirada (ojo a los planos amplios de ese lago de CGI y a sus cuevas), y con unos maravillosos interiores de profusa fantasía en sus desvencijadas mansiones (los detalles en sus singulares escenarios son de un mimo de lo más gustoso para la vista). El vestuario y el maquillaje por su parte están acertados (y lo mismo se puede decir de su banda sonora) aunque no están al nivel del resto de elementos escénicos. Y las actuaciones son de lo más capacitadas, Jim Carrey está en su salsa con un papel unidimensional (su Olaf es malo y punto, así lo dice el guion) pero con una extravagancia cautivadora, Meryl Streep con su secundaria enriquece la narración con gran complicidad y recreo (se nota que se lo pasa pipa con su papel obsesivo-compulsivo hasta lo surreal) y la parte más joven del reparto resulta natural (que no carismática, pero tampoco sus roles lo pedían con extrema necesidad para el conjunto).

Así pues tenemos una película de fábula claroscura pero muy entretenida y disfrutable tanto para niños como para adultos. La valorarán más los aficionados en su infancia a la literatura de Roal Dahl, el Doctor Seuss, Frances Hodgson Burnett o el Lemony Snicket que nos ocupa... y los fans del cine de Tim Burton (admito que me hayo entre ellos en los casos de una infancia marcada por Roal Dahl y Tim Burton) o de las visiones cinematográficas sobre las páginas de Roald Dahl que nos han regalado Steven Spielberg o Danny DeVitto. Pues "Una serie de catastróficas desdichas" está a la altura de largos como "Charlie y la fábrica de chocolate" (2005), "Mi amigo el gigante" (2016), "Matilda" (1999), "El hogar de Miss Peregrine para niños peculiares" (2016), "Alicia en el País de las Maravillas" (2010), "La familia Addams" (1991), "La niñera mágica" (2006), "Dumbo" (2019), "La familia Addams: La tradición continúa" (1993), "Alicia a través del espejo" (2016) o "Maléfica" (2014) si se trata de películas familiares con toques de fantasía surrealista, gótica o barroca de por medio. Si se hubiera dado ese tratamiento reverencial hacia su material original a largos como "El grinch" (2000), "La familia Addams" (2019), "El gato"(2003) o "Lorax: En busca de la trúfula perdida" (2012) no habríamos tenido las aberraciones deleznables que tuvimos. "Una serie de catastróficas desdichas" no llega a la altura de obras maestras del cine familiar como "Del revés" (2015), "El Rey León" (1994), "Shrek" (2000), "Blancanieves y los siete enanitos" (1937), "La bella y la bestia" (1991) o "Coco" (2017) pero sí resulta un largo notable.

Lo mejor: Voy a decir que su dirección artística.
Lo peor: Lo frugal y sencillo de la trama troncal de aventuras someras.
Spark
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