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España España · MADRID
Voto de Spark:
7
Romance. Drama. Fantástico Adaline Bowman (Blake Lively), nacida a comienzos del siglo XX, adquiere a los 29 años la eterna juventud tras un accidente. Tras años de vida solitaria y permanecer con la misma edad durante 8 décadas, conoce a Ellis Jones (Michiel Huisman), un hombre por el que podría merecer la pena perder la inmortalidad. (FILMAFFINITY)
20 de diciembre de 2022
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En 2015 el televisivo Lee Toland Krieger dirigió su cuarto (y último hasta la fecha) largometraje con este drama romántico con tintes sobrenaturales muy en la línea de "El curioso caso de Benjamin Button" (2008) y, curiosamente (valga la redundancia) no se aleja demasiado de aquella cinta de David Fincher en cuanto a calidad se refiere.

Pues, si bien "El secreto de Adaline" no presume de una fotografía tan artística ni de un despliegue de maquillaje, vestuario y decorados tan primorosos como en el largo protagonizado por Brad Pitt y Cate Blanchett, lo cierto es que esta película se conduce con la misma delicadeza, honestidad y elegancia narrativa. Adaline Bowman (Blake Lively) es una veinteañera que en 1937 sufre un extraño accidente de tráfico que la deja físicamente inmune al paso del tiempo. Una inmortalidad que el Séptimo Arte ya ha tocado en otros productos (desde los elfos de toda la saga de la Tierra Media de J.R.R. Tolkien y Peter Jackson, pasando por variopintos largos de ciencia-ficción como "Las aventuras del barón Munchausen" (1988), "Eternal" (2015), Los inmortales" (1986), "Transcendence" (2014)... y llegando hasta la saga de los "X-Men" (personaje de Deadpool aka. Masacre incluído)) y que aquí sigue resultando una premisa llamativa e intrigante.

Por supuesto todo aquel al que le asquee cualquier atisbo de fantasía evidente en un producto de ficción no va disfrutar tanto con este producto, pero a "El secreto de Adaline" le sucede exactamente lo mismo que a "El curioso caso de Benjamin Button". Y es que su sustrato sobrenatural no deja de ser una atrayente excusa para desarrollar un film sobre las relaciones humanas. En este caso los dilemas de su protagonista, con muchas bendiciones (esa eterna juventud) y maldiciones (ver envejecer y morir a sus seres amados), caminan siempre por la duda de si zambullirse en relaciones amorosas en las jamás se podrá compartir el futuro.

Vivir el presente o no vivirlo, quedarse atado a los recuerdos o seguir adelante, olvidar o recordar, todos estos temas son llevados en "El secreto de Adaline" sin ñoñerías, edulcoramientos o cursiladas. El guion de J. Mills Goodloe y Salvador Paskowitz no podrá presumir de originalidad en su temática, pero sí puede vanagloriarse de llevar siempre su trama con fluidez, cabeza y tacto humanos y sinceros. La cinta se acerca por ello con facilidad a todo espectador adulto, con situaciones cómplices cercanas y con momentos francos y transparentes.

El conjunto está realizado además con rectitud. Sin un solo alarde plástico que aporte un sello distintivo a la cinta y la eleve de categoría (por desgracia Krieger no es Fincher y en eso "El secreto de Adaline" acaba perdiendo el duelo), pero siempre con naturalidad y mesura en la elección de sus usuales planos. De la fotografía se podría decir exactamente lo mismo: no va a pasar a la historia del cine pero cumple con dignidad su cometido de acomodar a la audiencia con colores cálidos y espacios diáfanos. Y tres cuartos de lo mismo para el maquillaje, la banda sonora y el vestuario, correctos sin más.

Son pues los actores los que tienen el encargo de atrapar al cinéfilo en esta trama, en la que pueden aportar connivencia con el espectador y carisma seductor. Lively encaja como un guante en su papel indeciso, introvertido y timorato. No la tengo en consideración como una grandísima actriz (no es Meryl Streep precisamente) y "El secreto de Adaline" no me hace cambiar mi predisposición, pero en esta ocasión el papel le sienta de maravilla con un toque de adorable estilo y completa naturalidad. El resto del reparto que no tiene tantos minutos en pantalla aprovecha sus sutiles retales de nostalgia (algo de lo que se benefician unos curtidos Harrison Ford y Ellen Burstyn).

Así pues tenemos un conjunto con un saldo más que positivo. Que entretiene al público adulto en general y que puede hacer soltar la lagrimita al más aficionado a los dramas románticos (el género troncal del film). No es mejor que "El curioso caso de Benjamin Button"... pero se queda a muy poca distancia, así que recomendable a toda audiencia (menos los que no soporten algo que se salga la verosimilud hiperrealista en el cine) y muy recomendable a los fans de los romances de ficción o la fantasía evocadora. Si se trata de dramas con toques fantásticos... "El secreto de Adaline" no llega a la magia insuperable de "E.T." (1982), "Ghost" (1990), "Tigre y Dragón" (2000) o "Mundos lejanos" (2012), pero está al nivel de "El efecto mariposa" (2004), "Soul" (2020) o "La casa de los espíritus" (1993) y supera con creces productos como "Colossal" (2017), "Prácticamente magia" (1998), "Hermosas criaturas" (2013) o "Passengers" (2016). Desde luego no esperaba algo de esta estatura en una película que ha pasado tan desapercibida.

Lo mejor: Me quedo con el mimo del guion a pesar de su trillada premisa (la voz en off sale muy bien parada esta vez).
Lo peor: Diría que la falta de sello autoral en la dirección de Krieger.
Spark
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