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España España · MADRID
Voto de Spark:
7
Comedia. Drama Narra la historia real de Florence Foster Jenkins, una mujer que, al heredar la fortuna de su padre, pudo cumplir su sueño de estudiar para ser soprano. El problema era que carecía de talento, pero la gente acudía a sus recitales para comprobar si de verdad era tan mala cantante como decían los críticos. (FILMAFFINITY)
15 de julio de 2021
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En su vigésimo sexto largometraje el británico Stephen Frears, director especializado en realizar largos de época de corte teatral donde el mayor protagonismo se cede a los actores (destacan en especial "Las amistades peligrosas" (1988), "The Queen" (2006), "Mary Reilly" (1996), "Philomena" (2013) y "La Reina Victoria y Abdul" (2017)) regresó al terreno que mejor se le da y nos ofrece una comedia ambientada en los años 40 neoyorkinos y basada en los hechos reales protagonizados por la mujer del título. Florence Foster Jenkins (Meryl Streep) es una acaudalada y extravagante dama de sociedad que siente pasión por la música clásica... el enredo llega cuando decide que debe mostrar su "talento" como cantante de ópera al mundo.

Y así, con un séquito que o bien por no herir sus sentimientos o bien por estar felizmente pagado, le sigue la corriente en su delirio de grandeza y va formando una bola de nieve llena de graznidos y gemidos. La trama está estructurada con disposición, criterio y competencia. Y, si bien tiene unos mimbres de comedia de enredo clásicos y previsibles, prospera con ritmo y habilidad. Se trata de una adaptación formulaica pero eficiente y decente, no estamos ante un delirio cómico que se desate hasta la cotas de genialidad de otros largos (Nicholas Martin y Julia Kogan no son Billy Wilder o Quentin Tarantino) pero lo que nos cuenta nos los cuenta con las dosis necesarias de finura y complicidad.

Pero desde luego el impulso principal del conjunto se logra gracias a la labor actoral que está varios peldaños por encima del material de base con el que cuentan para trabajar. El tempo que utilizan en sus salidas de tono, sus miradas de incredulidad y su ego desmedido es oro puro. Ellos alzan con diversión un relato donde las risas se producen de forma inevitable y en multitud de ocasiones. Por supuesto son Meryl Streep en mayor medida y Simon Helberg en menor pero igual de potente medida los que deslumbran con su trabajo. Streep estuvo nominada de nuevo al Oscar por este papel y de nuevo de forma más que merecida (creo no haberme reído tanto con un papel de Streep en la comedia, y eso que tiene en su haber películas como "No es tan fácil" (2009), "El diablo viste de Prada" (2006) o "La muerte os sienta tan bien" (1992)); es muy difícil cantar tan mal de forma intencionada (y más con una Streep que tiene formación musical y sabe cantar BIEN) pero la actriz de Nueva Jersey mide la comedia de su rol con una dualidad perfecta entre lo refinado con mesura y lo estrambótico con explosión, y Streep aporta unos tonos afinados y potentes con unos dejes de absoluto terror sonoro... y lo mismo se puede decir de sus expresiones faciales. La cinta merece verse solo por lo que nos regala con su personaje. Y Helberg ya está completamente curtido a la hora de mostrar gestos de asombro contenido y sorna distinguida (quien sea como yo un amante de "The Big Bang Theory" (2007-19) ya sabe esto) y mantiene esa altura humorística pero en un personaje completamente diferente a su Howard Wolowitz (cuesta creer que bajo ambos personajes se esconda el mismo actor). Hugh Grant por su parte no llega cúspide de sus compañeros pero también es cierto que está en un nivel muy desenvuelto (también logra credibilidad, cercanía y complicidad con su interpretación) y que su rol no es tan jocosamente surrealista.

La dirección de Frears por su parte no es destacada y lega todo el peso del film a los actores (apenas hay unos paneos y detalles contados con los dedos entre tanto plano/contraplano) a los que cierra o amplia los encuadres con la destreza necesaria. Lo mismo se puede decir de una fotografía iluminada pero en ningún caso destacada. La banda sonora de Alexandre Desplat es notable (con un tema principal que comienza en lo clásico y deriva con gusto en lo kafkiano, el resto de cortes son convenientes para con la trama sin repuntar). Mientras que el diseño de producción logra un equilibrio entre los confortable y la rococó, y el vestuario de diseños que aúnan toques distinguidos y estrafalarios son otro de los atractivos de la cinta junto a las actuaciones.

Así pues tenemos una cinta afable, con momentos de su historia algo arquetípicos (ese desenlace del embrollo se ha visto en multitud de largos) y grises (cuando la trama opta por los momentos de velado drama "Florence Foster Jenkins" los solventa gracias al buen hacer actoral, pero el guión es parco del todo) pero que se compensa en gran medida gracias a los puntos álgidos de ironía astuta (pues su personaje principal no deja de ser el Tommy Wiseau o el Ed Wood de la época (considerada la peor cantante de la historia... en unos 40 en los que no existía el autotune)) de la que su reparto se aprovecha con genialidad. Recomendable a todo tipo de público (bueno, el que solo tolere cintas de otros géneros y no trague la comedia irreverente y ligera puede quedar algo desencantado. Desde luego que nadie se disponga a visionar "Florence Foster Jenkins" esperando un "John Wick" (2014) o un "El hombre de acero" (2013)), pues "Florence Foster Jenkins" está a la misma reseñable altura de "The Disaster Artist" (2017), "Ed Wood" (1994) (con ambos largos formaría un triunvirato de comedias basadas en personajes reales afamados por ser los peores en lo suyo).

Lo mejor: Digamos que los minutos del 22 al 25 y las actuaciones de Streep y Helberg en ellos.
Lo peor: Su último tercio que empieza a caer demasiado en lo manido, simple y pronosticable.
Spark
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