Segunda adaptación de la saga literaria best-seller de E.L. James sobre un romance con sexo sado-masoquista de por medio; "Cincuenta sombras más oscuras" mantiene el tono superficial y liviano (quien busque profundidad dramática que se ponga a visionar otra cinta como "Gran Torino") pero distraído, rítmico y efectivo que ya demostró la adaptación al cine de la primera parte.

Esta continuación (en la que la mentacata Anastasia y el sádico Grey ya son una pareja establecida), si bien adolece de cierta intriga y suspense que la película anterior expuso (aunque al final acababa sucediendo lo que era de esperar en la cinta) con el inicio de ese romance que no se sabía si llegaría a buen puerto en algún momento, suple esa incertidumbre y tensión de la primera parte con otros elementos. Estos son nuevos antagonistas (entre los que se incluyen "ex locas" y un violador) que parecen pedir a gritos triángulos amorosos y criminales en la tercera y (esperemos) última entrega "Cincuenta sombras liberadas".

El film es distraído, no voy a decir que no. Logra evadir al espectador en su más de hora y media con bastante facilidad... pero esto no se debe precisamente al interés de su desarrollo argumental, sino al correcto compás de James Foley que hace que la trama fluya con comodidad y soltura (aunque ninguno de los habituales planos y cortes del director vayan a pasar a la historia), al ventajoso y distinguido diseño de producción, a la adecuada inserción de la banda sonora, a la elegante fotografía de tenue iluminación y tonos oscuros (si esta cinta hubiera sido una película de maduro suspense criminal, hubiera tenido una percha inmejorable con esta puesta en escena), y sobretodo gracias a la sólida presencia de las interpretaciones (tanto Dakota Johnson como Jamie Dornan piden a gritos un film de mayor calado, complejidad y profundidad y se reafirman como intérpretes de lo más prometedores (el futuro puede depararles grandes actuaciones en el cine), lástima que su química sea casi inexistente. Y las oscarizadas Marcia Gay Harden y Kim Basinger (admito que las adoro como intérpretes), a pesar de realizar sencillos cameos, aportan ese toque de clase y carisma que un film de este tipo siempre necesita (eso sí, sus personajes son absolutamente accesorios... aunque Basinger se nos presente como una interesante antagonista para la futura secuela).

Hasta aquí todo lo bueno (y suficiente como para resultar un pasatiempo tolerable y aceptable en un visionado) de "Cincuenta sombras más oscuras". Porque lo principal en una cinta, su cabeza pensante, el guión es... como decirlo... memo.

En ocasiones redundante sin ningún tipo de necesidad y justificación (¿cuantas veces dice el personaje de Anastasia "Quiero que abras tu corazón porque te amo", "nunca te podré dar lo que necesitas"?, ¿y cuantas el personaje de Grey dice "no puedo vivir sin tí", "quiero cambiar por tí"?)... aunque por fortuna esa reiteración de algunos (no muchos) momentos no empaña lo ameno de la cadencia del film. Pero lo peor de la cinta no es su repetición de escenas y diálogos, lo peor es su frivolidad, superficialidad y banalidad a la hora de tratar sus arquetipos. El desarrollo argumental carece de sustancia, se deja llevar por los tópicos machistas más trasnochados y esto hace que el espectador con más de dos neuronas o bien se distancie del metraje por momentos o bien se lo tome a cachondeo (sí, a mí me sucedieron las dos cosas). Las escenas de sexo por su parte están muy estilizadas, pero en algún punto y con tanto aparatejo sádico da la sensación de que la pareja va a acabar como en el reality de cierta cadena española "El sexo me llevó a urgencias" (programa que al menos no se toma en serio a sí mismo) y hasta puede producir alguna risa inintencionada.

Pero además... ¡vamos a ver!: en "50 sombras más oscuras" Grey ha pasado de dominar a su pareja Anastasia en el sexo (no es que sea lo mío, pero respeto totalmente una relación sexual de sado-maso (que es otra cosa totalmente diferente a lo que nos propone el film, pues en el sado-maso el juego de rol se limita al sexo y es consentido por ambas partes que disfrutan en el papel de sádico o de masoquista (un film que sí trata este tema es la cinta "Secretary" de 2002) como dominatrix-sumiso/maestro-sumisa) a dominarla en todos los aspectos de su vida. Eso sí, el film trata de tomarse en serio pero, en lugar de dejar un drama sobre la violencia machista al estilo de "Te doy mis ojos", la cinta trata de envolverlo todo con un halo de romanticismo bobo y unineuronal que das más risa que otra cosa en ciertos puntos del metraje (¡ay, cuando Grey le dice a su pareja "no te corras todavía", "ahora ten un orgasmo POR MÍ" (me parece que el guionista N. Leonard no sabe lo que es el orgasmo de una mujer), "quédate ahí", "eres mía", "no puedes dejarme", o cuando no la deja ni viajar ni subir a su casa sola... tela). Cualquier persona con dos dedos de frente ve en esta cinta que el tal Grey es un aprovechado sin escrúpulos que elige a una mujer manipulable (por no decir otra cosa: tonta) para tenerla como una esclava no solo sexual sino en todos los aspectos de la vida a la que ordena y manda a voluntad, y ella cede con la esperanza de cambiar al susodicho. ¿De que me suena esto? ¡ah sí!, ¡Anastasia, huye antes de que sea tarde, que esto acaba contigo bajo tierra!

En fin, tanta lucha para que la mujer sea independiente en lo económico, en lo profesional, en lo personal, en lo sexual... para que ahora un film quiera retrotraernos o pintarnos el patriarcado como algo precioso y romántico. La cinta evade, sí.. pero tal vez no del modo que ella pretendía.

Recomendable para distraerse un rato y (sobretodo) no tomársela en serio.

Lo mejor: Tomársela como una comedia. Que evoluciona con cierta fluidez. La aparición de Basinger (y que su personaje pinta bien como una punta del triángulo en una 3ª entrega).
Lo peor: Su necio mensaje machista. Lo superficial de su desarrollo argumental