Oriol Capel, guionista de desternillantes e irrepetibles series de la pequeña pantalla como "Aída" o "Siete Vidas" debutó en la gran pantalla con "No lo llames amor... llámalo X"; una comedia de previsibles pero jugosos enredos y fresca (nunca mejor dicho) incorrección política, en la que un prolífico director de cine X (Mariano Peña) venido a menos y en el ocaso de su vida decide, con 22 películas porno en su haber (como "Puti Woman" o "Tetanic"), emprender su última aventura cinematográfica rodando la que él pretende sea "la cumbre del cine porno". Así pues, personajes claves del cine X (actores, guionistas, directores de fotografía, etc.) ya retirados, "desentrenados" o nóveles se ponen manos a la obra y comienzan un rodaje complicado lleno de dificultades, contradicciones y de calumnias tanto dentro como fuera de plató.

He de reconocer que con "No lo llames amor... llámalo X" me esperaba algo mucho, muchísimo peor. Habiendo visto multitud de comedias patrias completamente desleídas en su desarrollo argumental y desatinadas a la hora de incidir en el humor, "No lo llames amor... llámalo X" me ha parecido un simpático entretenimiento, con grandes y desenfadados actores en su salsa, con una buena dirección por parte de Capel y con un libreto de humor con suficiente habilidad y con varias atinadas risas... y eso es mucho decir.

Porque me esperaba lo que tuve que padecer en otras cintas patrias de humor: una trama perezosa que divagara de manera exhasperante, unas interpretaciones descolocadas y unas situaciones de humor tan forzado que la mueca que generaban eran de desagrado. Pues bien, por fortuna "No lo llames amor... llámalo X" no cuenta con esas losas.

Pues la trama fluye sin divagar, no cae en la idiotez excesiva, ciertos chistes y gags consiguen muchas sonrisas y los actores elevan la calidad del conjunto gratamente con unos personajes a los que dotan de carisma. Así pues "No lo llames amor... llámalo X" desprende una simpatía y un desenfado con total naturalidad y compostura, haciendo que el film entretenga y agrade en casi todo momento... suficiente para que el film pase el aprobado.

Aun así es totalmente cierto que esta comedia (con su premisa) pudo dar para muchísimo más, pudo ofrecer un humor más surrealista, desternillante y perspicaz y en mayores dosis (pero esto no es "8 apellidos vascos" ni muchísimo menos), y pudo haber trabajado a sus personajes con más matices, y el drama con mayor profundidad y realismo. Y todo esto "No lo llames amor... llámalo X" no lo hace. La cinta se limita en exceso a sí misma con unos personajes que no salen del arquetipo somero y frívolo (arquetipo con el que casi todo intérprete de este reparto (Paco León, Mariano Peña, Julián López, etc.) hace milagros, por cierto (solo Javier Mora chirría un poco en su caricatura desmedida, y Kira Miró evidencia sus limitaciones como actriz. Pero destacan una cercana Ana Polvorosa como "aspirante a actriz tonta e ingenua" y su interpretación en el film X de una desenfadada Pasionaria "versión porno" muy divertida, las apariciones de Miguel Rellán como inflexible militar, y una Adriana Ozores en el ultimo tercio del metraje en el que su personaje se desenvuelve con gran sarcasmo)), con una trama... no lo suficientemente incisiva y variada y sí desarrollada por unos derroteros de enredo tan esperados y someros que no evitan algún punto flojo en su previsible desenlace (o en sus forzados y afectados momentos "serios" en las tramas románticas entre bambalinas), y con unas gracias (algunas más ingeniosas y lucidas que otras) que cumplen en líneas generales pero que tampoco pueden presumir de pasar a la historia del humor.

En fin. Aunque con sus más que evidentes defectos, "No lo llames amor... llámalo X" al menos llega a la altura del fútil pasatiempo (pero más... NO). Aun con su tufo a telefilm en la dirección artística y en la realización, la cinta cuenta con una correctísima dirección por parte de Capel (tampoco es que el debutante director haga alardes en el terreno audiovisual ni ofrezca un sello a recordar. El director se limita a que la cinta se narre a través del plano/contraplano con planos recurso más o menos dinámicos, generales o medios) que hace discurrir la trama con un gran dinamismo (el recurso de narrar la trama con puntuales "entrevistas" de sus personajes en un documental (comentarios hacia el espectador rompiendo la cuarta pared) no hacen sino mejorar el dinamismo de la trama y estimular su desarrollo), la trama esta bien estructurada y configurada, la ironía y la gamberrada se trabajan con el suficiente nivel en lineas generales como para resultar cómplice y innata para con el espectador, y varios de sus gags atinan con cierto tono mordaz que recuerda a otros trabajos de Capel en "Aída" (ese humor físico de decir una cosa y hacer la contraria no falta tampoco en este trabajo de Capel), y el film cuenta con un elenco de un gran tirón y empaque (por lo general) en el que reside la mejor virtud del film, pues el plantel deja llevar con gran simpatía, complicidad, carisma y desenfado por unos papeles poco exigentes y unidimensionales que, al menos, son lo suficientemente jugosos en la comedia como para que estos actores de talla los eleven y trabajen buen y complaciente sarcasmo y descaro con ellos.

El film se olvida nada más verlo, pero su escaso metraje (no llega a la hora y media) logra ser un agradable pasatiempo. "No lo llames amor... llámalo X" es lo suficientemente distraída y gamberra, y risas sí que deja (quizás no tantas como las que se podría esperar, pero deja). Desde luego he visto otras comedias españolas con más pretensiones pero sin tanta eficacia en general en su humor.

Lo peor: Cuando a la cinta le da por ponerse seria y romántica con topiquez y superficialidad.
Lo mejor: El reparto (en especial el trabajo de Ana Polvorosa, Miguel Rellán, Ariana Ozores, Paco León y Julian López). La candencia de la cinta. Ciertas salidas cómicas del guión...