Humor y Amor; dos emociones con mayúsculas que se entremezclan con gran pujanza y asombroso equilibrio en esta tierna y sensible fábula escrita, dirigida y protagonizada por un Beningni que difícilmente podrá hacer algo mejor... ya que lo que hizo es tan potente e icónico como insuperable, algo que otorga otra dimensión a los pequeños detalles de la vida haciéndolos piezas clave de una leyenda romántica.

El punto de partida nos sitúa en un viaje en coche donde el divertidísimo y carismático Guido (Benigni) llega con su bonachón amigo Ferruccio a un pueblo de la toscana a trabajar. Ese es el punto de partida de Guido hacia el amor romántico, la música, las risas, la injusticia, la familia, la humanidad, la tragedia, la muerte... en definitiva el camino por la vida.

Y ese devenir por la vida está descrito, no solo con un humor irrepetible, sino además con una sensibilidad maestra fruto de una armonización de todos los componentes de la obra.

Un guión de alabanza divertido, sensible, detallista hasta el extremo, sorpresivo, emocionante, emotivo y con una historia absorbente. El libreto esta colmado de situaciones humorísticas completamente míticas, inolvidables e ingeniosas dignas de saborearse una y otra vez (y no solo las secuencias de carcajada estruendosa, que las hay, sino también las que logran una atrapante armonía con su banda sonora y su puesta en escena)... situaciones de comedia que esconden amor y drama con una genial sutileza. Sus momentos trágicos también consiguen mostrar muchas capas pues en "La vida es bella" la comedia esconde drama y el drama esconde comedia, "La vida es bella" no solo es humor, es amor paternofilial, es amistad, es un romance delicioso (como pocos se han visto en el cine).

Y es que para que el guión funcione, se consigue además que cada uno de los actores rezumen un brillo extraordinario (las sonrisas de sus personajes hacen imposible escapar del film). Ya no solo me refiero a Benigni con su bromista, animado y encantador Guido sino a todo el plantel... y esto es fundamental en una cinta en lo que importa son las miradas y los gestos llenos de sentimientos, pues la cinta se recrea en ello con acierto. A destacar la explosiva química entre Beningni y su mujer (pocas veces un matrimonio en la vida real ha tenido tanta química en la ficción). Todo esto está acompañado con una banda sonora totalmente pertinente con una partitura que es una belleza magnífica... colosal.

Tal vez "La vida es bella" no destaque por la complejidad de sus encuadres y su montaje, sin embargo no puede ser más hermosa en sus planos gracias a esa mezcla de sensaciones de miradas, melodías, gestos, palabras, sonidos. "La vida es bella" es un largometraje que traspasa la chispa hacia la vida que ambiciona transmitir; provoca lágrimas de alegría y tristeza, cómplices sonrisas, risotadas; evade con sus sueños, sus alegrías, sus tristezas, su fantasía... ¡Qué bello es el cine cuando quiere!

Lo mejor: Todo...