"A Roma con amor" es una insignificante comedia de Woody Allen, que trata de nuevo los mismos temas que suelen ser habituales en el cineasta (triángulos, confusiones, cuernos, etc.), pero que esta vez no son desarrollados con la lucidez que ha aportado el autor en sus mejores trabajos.

Allen propone cuatro "minienredos" (la trama de un joven estudiante de arquitectura (un Jesse Eisenberg que en la personalidad de su personaje se evidencia como un reflejo del propio Woody Allen... solo que sin su encanto y simpatía, claro) que se siente atraído por la amiga de su novia (una Ellen Page que no logra convencer como esa tentadora "chica de al lado"), una trama de escasísimo desarrollo y (nulo humor) que acaba sintiéndose forzada, donde los actores parecen marcianos entre ellos y donde ni el pepito grillo/hombre del futuro de Alec Baldiwn logra interesar lo más mínimo. También observamos la historia de un italiano medio (un Benigni que no consigue hacer reír porque no tiene donde sostenerse, con una trama que apenas llega a construirse con entusiasmo) que se hace famoso de la noche a la mañana, la crónica pretende ser una crítica a la fama... objetivo que no consigue al ser tan "chorra", simplona y poco esforzada. Luego nos encontramos con la historia de un jubilado americano (el propio Allen, al que se echaba de menos delante de las cámaras y al que se acoge con entusiasmo, de nuevo interpretándose a sí mismo con carisma y cercanía alegrando de vez en cuando el cotarro... a pesar de que el material argumental que protagoniza no tenga demasiada chispa) que conoce a la familia de su yerno, chocando o entablando amistad nimiamente con alguno de ellos. Y por último nos topamos con una pareja de jóvenes italianos recién casados (unos adecuados Alessandro Tiberu y Alessandra Mastronardi... actriz muy conocida (ya decía que me resultaba muy familiar) por interpretar a Eva en la televisiva "I Cesaroni", la versión italiana de "Los Serrano") de un pequeño pueblo, que llegan a Roma donde él es confundido por una prostituta (una fulgente y divertida Penélope Cruz), mientras ella se pierde en la ciudad y en los líos de cama. Ésta es la historia más dinámica, aunque tampoco resulta divertida en exceso).

Estos 4 minienredos son poco o nada ocurrentes (que nadie se espere el genio y desternille en sus diálogos y situaciones al estilo de "Toma el dinero y corre" o "Un final made in Hollywood"), y el metraje tan solo consigue distraer muy a duras penas (ya que la poca sustancia del desarrollo argumental hace de gran parte de los momentos en las tramas algo eterno y totalmente vacío). Esto es gracias a que hay un pequeño puñado de gags medianamente simpaticones que van animando de vez en cuando, y gracias también a que el ritmo del metraje no es del todo desastroso.

Woody Allen además vuelve a acertar en sus planos y puesta en escena (aunque esta vez no resulten algo totalmente destacable).

Pero los fuertes pilares de las cintas de Woody Allen siempre han sido los guiones, y aquí flojea bastante. No es que sea un desastre total, pero muestra una desgana evidente en su desarrollo y sus tópicos. Se pasea por derroteros muy tontos muy cercanos a las "píldoras" de shows televisivos, con un humor demasiado idiota y perezoso como para imprimir un brío interesante en sus argumentos (donde apenas suceden nada más que bobaliconas y superficiales anécdotas que igual que vienen se van).

En fin. Un humor tontorrón y a medio gas que al menos logra distraer a ratos, pero estamos ante una cinta que evidencia lo peor del cine de Woody Allen. Pero claro, a película por año... no en todos y cada uno de los años se pueden tener inteligentes ideas de humor.

Lo mejor: Woody Allen y Penélope Cruz en sus personajes.
Lo peor: El humor no consigue ni carcajada ni ingenio, se queda en unas anécdotas llevaderas tan solo en alguna que otra trama.