En 2015 pudimos visionar, tras Sin identidad" (2011) y "Non-Stop" (2014), la tercera colaboración del director catalán Jaume Collet-Serra con el actor irlandés Liam Neeson. Todas estas colaboraciones no han dejado de tener el elemento en común del thriller de acción, en el que Neeson siempre interpreta a un antihéroe que "salvará el día" a los inocentes de terroristas y mafiosos varios, con una precisión tan letal como la de Chuck Norris. Esto no ha sido algo nuevo en las interpretaciones de Neeson (que, tras la sorpresa comercial que supuso "Venganza" (2008) de Pierre Morrel, se ha reciclado en el nuevo héroe de acción del Séptimo Arte... algo que se agradece, pues Neeson es un intérprete mucho más carismático y natural que los usuales en este tipo de género (desde Chuck Norris hasta Sylvester Stallone pasando por Arnold Schwarzenegger)), pero sí algo nuevo para Collet-Serra, que ha demostrado tener un inmenso talento para el cine de acción por el que se desenvuelve como un laureado veterano.

Así pues en "Una noche para sobrevivir" tenemos un thriller de acción en el que un sicario (Liam Neeson) e íntimo amigo de un capo de la mafia (Ed Harris) se ve obligado a enfrentarse a este jefe mafioso y sus acólitos durante una noche para proteger a su hijo Michael Conlon (Joel Kinnaman) que ha sido testigo de algo bastante turbio. Tenemos pues lo que Collet-Serra y Neeson nos han venido ofreciendo en su cine de colaboración; esto es tener a Liam Neeson repartiendo estopa a diestro y siniestro mientras se redime de un pasado turbio, y mira a la cámara con cara compungida por culpa de sus "pecados y fantasmas del pasado".

Cualquiera que haya visto el cine de Collet-Serra con Neeson y haya disfrutado con él de forma pasajera, con "Una noche para sobrevivir" también lo hará, y quien no haya podido soportar tanto tópico superficial y revisto y este tipo de cine no le haya dicho nada... pues "Una noche para sobrevivir" tampoco le gustará. Y es que la cinta se mantiene al mismo nivel de "Sin identidad" (2011) y "Non-Stop" (2014); resulta un entretenimiento sin poso, fondo y complejidades (¡vamos, que esto no es "American Gangster" de Ridley Scott ni "El Padrino" de Francis Ford Coppola!, y algunas situaciones de "Una noche para sobrevivir" están además cogidas con alfileres), pero sí con dinamismo, vitalidad y energía.

Es pues una cinta de entretenimiento aceptable, con más ritmo y pujanza que otros films del mismo calado, pero con la misma topiquez y superficialidad que hacen que el metraje no aguante más de un visionado.

Y es que el guión, si bien parte de una premisa interesante, se desarrolla con infantilismo y pereza. Todas sus situaciones en él ya están vistas y muchísimo más trabajadas en otros largometrajes, el personaje de Liam Neeson se descuida en su trabajo en detrimento de la acción pura, y los personajes secundarios no se salen del tópico para ofrecer claroscuros matices (los peores parados son los de Ed Harris, Common y Boyd Holbrook).

Esta rutina y desidia de su guión (que no profundiza con madurez y complejidad ni en su trama de intriga criminal ni en su drama intimista) pueden distanciar al espectador (sobretodo al más cinéfilo que haya visto cine de suspense criminal de mucha mayor calidad) en algunos de los minutos del metraje.

Pero por fortuna esos minutos quedan difuminados en un film con un saldo positivo en cuanto a disfrute, pues Collet-Serra contrarresta tanta carencia en el guión y tira de oficio con una puesta en escena que apenas deja respiro al espectador. El realizador catalán aprovecha que el libreto, si bien de lo más trillado, evoluciona a buen ritmo (apenas hay una sola situación que no sea clave en el desarrollo argumental) y lo expone con un ímpetu y una vivacidad simplemente sobresaliente. Su realización es impecable (aunque común en el género, Collet-Serra no deja de sorprender con su acierto en cada plano, su dilatación en el suspense y su nerviosa edición en la acción de persecuciones, tiros y peleas cuerpo a cuerpo. Collet-Serra no tiene nada que envidiar a Paul Greengrass). Su fotografía es completamente atractiva para con el espectador (hay un exquisito uso de los filtros y focos). Ya lo dije en "Sin identidad" (2011) y lo repito aquí: Collet-Serra es lo mejor del film y maquilla con su talento un guión mediocre repleto de situaciones y lugares comunes.

Los intérpretes por su parte hacen lo que pueden. No desentonan en sus personajes y resultan naturales (desde un Liam Neeson cargado siempre de presencia hasta unos lucidos Ed Harris, Vincent D'Onofrio y Joel Kinnaman), pero poco puede hacer con un guión que poco los regala a sus personajes (aquí Neeson no tiene a un Oskar Schindler con el que trabajar ni Vincent D'Onofrio tiene a un Winston Fisk con el que trabajar como con el que se lució en la serie "Daredevil" de Netflix). No llegan a alzar el nivel del metraje ni a hundirlo, simplemente cumplen con quehacer.

En definitiva; estamos ante un entretenimiento pasajero, atrapa en un primer visionado gracias a su cinematografía (un aplauso a Collet-Serra y su manejo de la cámara y el tempo) y a un guión al servicio de la inmediatez y la intrascendencia. Puro cine comercial que sirve como divertimento, que cojea en el terreno dramático y en el enredo criminal, y que no aguanta mucho análisis.

Lo mejor: La dirección de Jaume Collet-Serra (en especial de las escenas de acción).
Lo peor: Su guión en el desarrollo argumental (dan ganas de ponerse "American Gangster" de Ridley Scott o "El mito de Bourne" de Paul Greengrass tras ver "Una noche para sobrevivir" para recuperar la emoción hechizante y las neuronas que se pierden tras ver esto).