Hay que ver el mal ojo tiene esta señora a la hora de elegir proyectos. La verdad es que "La celda" me pareció un peñazo prefabricado y vacío, una tontería con un desarrollo desapasionado y poco arriesgado, con un puñado de escenas morbosas, un par de sobresaltos y un final "made in hollywood" de lo más complaciente.

"La celda" cuenta con una gran idea original, pero se queda en eso, en una idea, una intención. Me recuerda a esos propósitos que se hacen a principios de año pero que nunca se cumplen... y en el cine la voluntad no es lo que cuenta. Sé que en mis críticas me repito hasta la saciedad en asuntos que creo que no tiene vuelta de hoja, como el que nos ocupa: el hecho de que un planteamiento por sí solo no hace una película... ni el morbo por el morbo (porque si el morbo fuera equivalente a calidad cinematográfica, entonces "La Celda" sería una obra maestra con esas escenas a lo "cámara de los horrores"). Precisamente a "La celda" le falta todo lo demás. Para empezar le falta ritmo, su desarrollo no es lento, es lentísimo (advierto que puede aburrir hasta a las moscas), la típica trama del asesino y el rescate de la víctima es narrado de manera fría y sin pasión y se pierde el interés tras los primeros 20 minutos (cualquier capítulo de CSI es mucho más entretenido, original e interesante). Luego están las escenas forzadas, las partes sobre el viaje por la mente del asesino son una mera excusa para que los realizadores se luzcan con un diseño fotográfico que puede ser original, pero que ni es tan bueno como nos quieren vender ni interesa lo más mínimo (¿qué me importa a mí que el fondo de la mente sea un desierto o una selva si es algo accesorio que no aporta nada?). A esto hay que añadirle unas actuaciones desangeladas en el peor de los sentidos (a excepción de D'Onofrio) que se notan más cuanto más ridículas son algunas de las frases que sueltan.

En fin, sabemos lo que "La celda" nos quiere transmitir, lo que pretende, pero se queda en eso: la pretensión. Su ejecución en pantalla es un asesinato sobre todo por su ritmo, algunos díalogos y casi todas las actuaciones.

Lo mejor: Los primeros minutos con ese cúmulo de escenas sórdidas y impactantes protagonizadas por el asesino de mujeres (sobre todo al principio) que generan bastante inquietud.
Lo peor: El empeño en mostrarnos lentamente y con desfortunio paisajes y tonterías de la mente que no aportan nada a la historia.