Vale, confieso que soy de risa fácil... pero creo que el éxito de esta película conmigo también se debe a que las expectativas que tenía con respecto a ella eran bastante bajas (por las malas críticas recibidas, y también porque las anteriores no me supusieron la cúspide de la comedia desternillante precisamente). Pero lo cierto es que las risas no fueron tan flojas como esperaba.

Es cierto que no estamos ante una gran obra maestra del humor (¿acaso alguien lo esperaba?), pero tampoco estamos ante un producto aburrido y penoso. "Ahora los padres son ellos" está hecha para un público poco exigente que quiera reirse bobamente un buen puñado de veces para luego olvidar el argumento en menos de 24 horas.

Esta tercera parte nos viene a narrar en clave de comedia cómo el personaje de Stiller se las apaña, no solo como padre de familia "responsable", sino con las visitas y el escrutinio de su receloso suegro (que lo mismo duda de su capacidad de "liderazgo en la familia" como que empieza a tomarle cariño).

"Ahora los padres son ellos" sigue exactamente el mismo nivel de humor de las anteriores entregas. Sin ser de una jocosidad excelente y maestra, al menos mantiene la sonrisa con un gracejo simplón que no deja de resultar algo entretenido, simpático y alegre (y con algún que otro momento de carcajada). Lo cierto es que el film ya no aporta originalidad alguna en su argumento cómico. La novedad sobre el humor entre las relaciones suegro/yerno y consuegros ya fue gastada y explotada en las anteriores entregas... por lo que aquí se opta únicamente en atiborrarnos con la relación amor/odio tan especial que desarrollan los personajes de DeNiro y Stiller (una relación que se ha ido ablandado pero que ha crecido en química) y en saturarnos con el chiste verde (por cierto, ya he visto a más de un padre decepcionado tras llevar al cine a los críos a ver esto. ¡Que sepan que esto no es una comedia familiar!, ¡es una comedia verde en la que se habla de sexo en el 99% de sus gracias! Por muy espabilados que sean los niños de hoy en día, me temo que ni entenderán ni se reirán de la mitad de las gracias!). Todo ello explotando (como mayor virtud del film) a un reparto natural y carismático.

Es verdad que como defectos podría decirse que esta entrega es más previsible y típica que las anteriores en su guión (y también más blandita en las relaciones entre la familia política), y además, tanto énfasis en el binomio DeNiro/Stiller desaprovecha por completo al resto del reparto (las gracias y los momentos divertidos olvidan escandalosamente al resto de la familia). Pero como grandes virtudes destacan: el buen hacer de Robert DeNiro que en esta entrega está mejor que nunca resultando un cascarrabias entrañable y divertido, y la mejora en la química e interacción en el curioso tandem DeNiro-Stiller (que aporta las mejores situaciones de esta pasable comedia).

Lo mejor: Hay un momento memorable en la cinta...