En su primer largometraje como director en solitario, Albert Hughes nos presenta un drama de supervivencia ambientado hace 20.000 años en un lugar indeterminado de Europa. El protagonistas Keda (Kodi Smit-McPhee) trata de ganar un puesto respetable en su tribu de cazadores, sin embargo es atacado por un bisonte y dado por muerto. Su supervivencia dependerá entonces de su destreza y de la colaboración de un amigo animal inesperado.

"Alpha" posee numerosos defectos y virtudes. Empecemos por las virtudes: estamos ante una cinta de admirable fotografía, capaz de sumergirnos en sus salvajes y suntuosos paisajes con gran gusto y embelesamiento. Hay en "Alpha" una exposición afectuosa sobre la belleza de la naturaleza, y tenemos unos planos amplios (ya sea en la acción de cazas y travesías o fuera de ella) que miman al milímetro la composición cromática estilizada así como la distribución de elementos paisajísticos. Es un regalo para la vista en sus fotogramas (y por ello un film que gana más con una buena pantalla). También posee un argumento que conecta con la audiencia amante de las mascotas como compañeras de vida y afectos (aunque en mi caso soy más de gato que de perro), pues el film sabe describir con naturalidad y complicidad ese aprendizaje y comprensión mutuos entre el humano y su nuevo mejor amigo. Además la cinta presenta unos logrados (que no sublimes) efectos especiales en toda la fauna creada por ordenador. La actuación de Smit-McPhee por su parte es del todo correcta (encaja como un guante en su rol de sólido introvertido, el personaje que se le da bien en el cine... y para muestras "Déjame entrar" (2010) o "El poder del perro" (2021)).

Y hasta aquí todo lo bueno que se puede decir de "Alpha". Pues por otra parte tenemos un total desatino en la elección de maquillaje y vestuario (completamente impropio de la prehistoria, es más bien propio de los tramperos de principios del siglo XIX) con afeitados de maquinilla eléctrica y con abrigos más cerca de los trekking confeccionados que de lo que se supone que debieron logran nuestros ancestros con sus limitadas manos de entonces. Por otro lado, la forma que tiene "Alpha" de situarnos en su lugar de lances y desventuras es también poco creíble (pues lo mismo estamos en un seco desierto que en un lugar más propio de Siberia o de las cataratas del Niágara. Que queda lucido como producto audiovisual, sí, pero resulta poco coherente a nivel argumental) y todo lo que envuelve la subsistencia del protagonistas ante accidentes y ataques varios resulta por acumulación un tanto milagrosa (es materialmente imposible que un ser humano sobreviva a tantas caídas, ahogamientos, mordeduras y demás. Pero tampoco estamos ante la primera cinta de ficción que se pasa de frenada a la hora de hacer sobrevivir a su protagonista de forma exagerada. Es el mismo tipo de films que tiene a unos homínidos prehistóricos hablando en un lenguaje contemporáneo). A todo esto hay que sumar una cadencia algo (no mucho) pausada en su desarrollo argumental (al que le hace falta meter una marcha más para alzarse un poco como entretenimiento audiovisual).

Aun así a "Alpha" le pesan más sus virtudes que sus defectos, ya que la gran factura audiovisual, los continuos fragmentos de cordialidad homínido-cánido en su sencilla pero identificativa historia, y la firme presencia de Smit McPhee en un rol con el que se desenvuelve realmente bien son alicientes suficientes como para tornar a "Alpha" en una distracción evasiva competente... al menos en un primer visionado. Pero como la forma destaca sobre el fondo en este conjunto, a mayores pulgadas de pantalla mayor el disfrute (confieso que vi la cinta en el cine con un ligue en su estreno en 2018, y a posteriori en la televisión, y desde luego la cinta pierde bastante). Recomendable (que no indispensable, eso se lo dejaremos a los más fans de los "Survival Films") a todo público adulto que busque un pasatiempo sin demasiadas aspiraciones. "Alpha" es mejor que cintas del mismo corte como "Infierno blanco" (2012), "10.000 a.C." (2008) o "Bajo cero" (2006), pero jamás llega a ser la delicia de "Apocalypto" (2006) o "127 horas" (2010).

Lo mejor: Su cinematografía y su fotografía.
Lo peor: Su vestuario y maquillaje.