En 2020 (y poco antes de la pandemia del covid en el mundo occidental) nos llegó la primera adaptación a la gran pantalla del videojuego más famosos e histórico de SEGA (su concepción tenía en mente que se convirtiera en la mascota oficial de la compañía, de ahí su color azul cobalto): el del erizo velocista Sonic y toda su serie gamer que desde los 90 no para de crear paisajes nuevos listos para las carreras de Sonic, Knuckles, Shadow y compañía contra el malvado atrapa-animales Doctor "Eggman" Robotnik.

Está adaptación cinematográfica deja con un buen sabor de boca si se compara con el resto de incursiones que el Séptimo Arte ha tenido la mala pata de adaptar desde el mundo del videojuego. Pues "Sonic, la película" es claramente superior a largos como "Super Mario Bros" (1993), "Resident Evil" (2002), "Prince of Persia" (2010), "Assasin's Creed" (2016), "Detective Pikachu" (2019), "Tomb Raider" (tanto las versiones protagonizadas por Angelina Jolie como el reboot con Alicia Vikander al frente), etc. Pero tampoco era muy difícil superar aquellas cintas, pues iban desde lo mediocre (caso de "Detective Pikachu" o "Tomb Raider" (2001)) hasta lo vergonzosamente espantoso (caso de "Super Mario Bros" o "Prince of Persia").

"Sonic, la película" sube un pequeño escalafón en lo que adaptaciones cinematográficas del videojuego se refiere y llega al nivel del entretenimiento afable y evolutivo, pero que nadie suba en exceso sus expectativas. Que estemos ante algo un poco mejor "Detective Pikachu" no quiere decir que el film llegue a las cotas notables de "Rompe Ralph" (2012) o su secuela (si hablamos de cintas familiares que se zambullen en el mundo del videojuego). "Sonic, la película" nos conduce por unas aventuras bastante manidas de héroe contra villano y héroe que realizará su personal viaje interior (en este caso el de conocer la amistad humana). El tratamiento argumental es completamente básico (la cinta está veladamente orientada a los niños, por supuesto) y sus personajes no tienen aristas más allá de lo esquemático prediseñado (los buenos son muy buenos, los malos son muy malos... nada nuevo bajo el sol), todos ellos comparten eso sí un sentido del humor lenguaraz y cercano siempre... e incluso simpático e inspirado en varios puntos.

Es la afable y atinada vis cómica de "Sonic, la película" lo que aporta al relato su dinamismo y empuje, y mantiene la sonrisa (y en ocasiones puntuales la risa) en el espectador de cualquier edad. Y es que las gracietas, si bien no ofrecen un sarcasmo versado y una ironía docta (esto no es "Chicago" (2002) ni tampoco es Pixar), poseen una naturalidad y desenvoltura sagaz (por fortuna no estamos ante el nivel de idiotez tan supina que llega a lo vergonzoso de "Mortadelo y Filemón: Misión, salvar la Tierra" (2008), "Anacleto" (2015) o las teleseries de Disney Channel) que ensalzan el conjunto con regocijo. Y la temática troncal de aventura de persecuciones siempre fluye con equilibrio y soltura

La puesta en escena no le va a zaga, a pesar de que contamos con una banda sonora obviable, una realización usual (prima el plano/contraplano dinámico y los planos cerrados de sus personajes entre plano recurso y plano recurso) y una fotografía mundana pero confortable (solo destaca gustosamente en el uso de la luz azul eléctrica, que colorea con elegancia y estilo su trama (destacándose en las escenas nocturnas o interiores) a la par que realizan un continuo guiño a su personaje principal). Los actores están cómodos y cómplices en sus sencillos y unidimensionales papeles (así como naturales en sus interacciones con el personaje animado/aka. objeto verde en el rodaje), incluyendo a Jim Carrey que se mide con finura y habilidad en sus histrionismos carismáticos y singulares. Pero el punto fuerte en la dirección artística es sin lugar a dudas el diseño adorable de Sonic en sus expresiones faciales (que tienen como base a los niños), unos píxeles capaces de traspasar ternura magnética a la audiencia, y a la animación en los movimientos corporales que resulta notable.

Así pues estamos ante una cinta agradable y jovial en todo momento (gracias en mayor medida a su devenir acompasado y a su animación distinguida), y divertida y co-participe a ratos (gracias a un sentido del humor oportuno) dentro de esa propuesta ya vista de cine de persecuciones y peleas contra el malvado de turno. No es "Los increíbles" (2004), "Shrek" (2001) o "Buscando a Nemo" (2003) pero "Sonic, la película" está a la misma altura que "Hércules" (1997), "Shrek, felices para siempre" (2010), "Enredados" (2010) o "Cómo entrenar a tu dragón" (2010). Recomendable (que no indispensable) para todo público que busque el pasatiempo festivo para toda la familia.

Lo mejor: La vis cómica del libreto y su ejecución en la escena por parte de Jim Carrey y James Marsden (infravaloradísimo actor oculto como "cara bonita", por cierto. Pero ya le llegará su "127 horas" particular como a James Franco).
Lo peor: Su banda sonora.