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5
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Drama
Durante catorce años, Walt Disney (Tom Hanks) intentó sin descanso que la escritora australiana P.L. Travers (Emma Thompson) le cediera los derechos cinematográficos de su primera y más popular novela, 'Mary Poppins', que finalmente fue llevada a la gran pantalla en 1964. (FILMAFFINITY)
24 de diciembre de 2013
4 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Película de la factoría Disney sobre como se escribió (y re-escribió) el guión de "Mary Poppins". En el proceso conoceremos a su peculiar y extravagante autora P.L. Travers (eso sí, interpretada genialmente y con absoluto carisma y presencia por Emma Thompson que se erige, junto a Tom Hanks, como el principal atractivo del film) tanto en su tribulada infancia como en su enigmática madurez.
La cinta nos hace recorrer la vida en Australia de P.L. Travers, donde observamos como sus acontecimientos familiares pudieron tener su influencia a la hora de inspirarla para escribir los cuentos de la niñera voladora. Esos momentos gozan de una cinematografía perfecta, una banda sonora bella (aunque no memorable) y unas interpretaciones correctas (a destacar a Colin Farrell como el claro-oscuro señor Travers. El actor irlandés resulta más natural y vital que en cualquiera de sus papeles interpretados anteriormente). Pero lo que se nos ofrece son los retales de un melodrama en forma de pequeño cuento, tratado con ligereza y tenuidad... un tratamiento que puede verse en cualquier otro largo de sobremesa.
Sin embargo, resulta más atrayente la parte en la que se nos describe como la autora de Mary Poppins llega a los estudios Disney, donde vivirá una experiencia de contrastes ya sea entre su seriedad inglesa y el espíritu pueril y aniñado de toda la factoría norteamericana de Disney (donde se incluyen momentos de curioso humor que levantarán varias sonrisas), o entre la mentalidad sobreprotectora y defensiva de P.L. Travers con su obra y la mentalidad abierta y dicharachera de Walt Disney y compañía a la hora de poner en marcha el largo.
Pero lamentablemente al film le pesa un libreto que viaja entre flashbacks y presente dejando situaciones que no dejan de ser una sucesión de anécdotas, donde no se produce ninguna trama de enjundia o giro inesperado que vaya a sacudir al espectador con sorpresa e infinita emoción (y donde además el tempo puede resultar algo alongado por la falta de sustancia en sus momentos). Y es que el guión no pone empeño, orden y ahínco a la hora de ahondar en los conflictos internos de P.L. Travers (sin duda Emma Thompson pudo habernos dejado momentos mucho más profundos y potentes, pero se debe conformar con los triviales detalles del guión) o en la extensa e inagotable realización de "Mary Poppins".
Pero, aunque "Al encuentro de Mr. Banks" no llegue a ofrecer una trama memorable y abundantemente honda, al menos es una honorable distracción. Atrae por su pulcra cinematografía, por su excelente sonido, por el buen uso de la banda sonora ya sea en los momentos de comedia leve o tenue drama, por su elegante fotografía y perfecta ambientación de la época y, sobre todo por los adecuadas interpretaciones (desde Paul Giamatti como abnegado chofer hasta Jason Schwartzman como brillante compositor musical) donde destacan de manera notable las presencias de Thompson y Hanks.
Son precisamente los momentos de Tom Hanks como Walt Disney (y también todos los detalles que rodean al personaje) lo más admirable del film. A pesar de ser un secundario en esta cinta, Walt Disney es el personaje que resulta más interesante y atrapante en todos sus detalles. Su construcción genera admiración, y observamos no solo a un convencido niño grande sino a un tipo entrañable, genial y único.
Otros momentos destacables del film son toda la música y metraje tomados de "Mary Poppins"... pero esos momentos se deben a otra cinta que sin duda supera en todos sus aspectos a este "cómo se hizo".
Lo mejor: Algunos momentos de humor o ternura que envuelven al personaje de Walt Disney como...
La cinta nos hace recorrer la vida en Australia de P.L. Travers, donde observamos como sus acontecimientos familiares pudieron tener su influencia a la hora de inspirarla para escribir los cuentos de la niñera voladora. Esos momentos gozan de una cinematografía perfecta, una banda sonora bella (aunque no memorable) y unas interpretaciones correctas (a destacar a Colin Farrell como el claro-oscuro señor Travers. El actor irlandés resulta más natural y vital que en cualquiera de sus papeles interpretados anteriormente). Pero lo que se nos ofrece son los retales de un melodrama en forma de pequeño cuento, tratado con ligereza y tenuidad... un tratamiento que puede verse en cualquier otro largo de sobremesa.
Sin embargo, resulta más atrayente la parte en la que se nos describe como la autora de Mary Poppins llega a los estudios Disney, donde vivirá una experiencia de contrastes ya sea entre su seriedad inglesa y el espíritu pueril y aniñado de toda la factoría norteamericana de Disney (donde se incluyen momentos de curioso humor que levantarán varias sonrisas), o entre la mentalidad sobreprotectora y defensiva de P.L. Travers con su obra y la mentalidad abierta y dicharachera de Walt Disney y compañía a la hora de poner en marcha el largo.
Pero lamentablemente al film le pesa un libreto que viaja entre flashbacks y presente dejando situaciones que no dejan de ser una sucesión de anécdotas, donde no se produce ninguna trama de enjundia o giro inesperado que vaya a sacudir al espectador con sorpresa e infinita emoción (y donde además el tempo puede resultar algo alongado por la falta de sustancia en sus momentos). Y es que el guión no pone empeño, orden y ahínco a la hora de ahondar en los conflictos internos de P.L. Travers (sin duda Emma Thompson pudo habernos dejado momentos mucho más profundos y potentes, pero se debe conformar con los triviales detalles del guión) o en la extensa e inagotable realización de "Mary Poppins".
Pero, aunque "Al encuentro de Mr. Banks" no llegue a ofrecer una trama memorable y abundantemente honda, al menos es una honorable distracción. Atrae por su pulcra cinematografía, por su excelente sonido, por el buen uso de la banda sonora ya sea en los momentos de comedia leve o tenue drama, por su elegante fotografía y perfecta ambientación de la época y, sobre todo por los adecuadas interpretaciones (desde Paul Giamatti como abnegado chofer hasta Jason Schwartzman como brillante compositor musical) donde destacan de manera notable las presencias de Thompson y Hanks.
Son precisamente los momentos de Tom Hanks como Walt Disney (y también todos los detalles que rodean al personaje) lo más admirable del film. A pesar de ser un secundario en esta cinta, Walt Disney es el personaje que resulta más interesante y atrapante en todos sus detalles. Su construcción genera admiración, y observamos no solo a un convencido niño grande sino a un tipo entrañable, genial y único.
Otros momentos destacables del film son toda la música y metraje tomados de "Mary Poppins"... pero esos momentos se deben a otra cinta que sin duda supera en todos sus aspectos a este "cómo se hizo".
Lo mejor: Algunos momentos de humor o ternura que envuelven al personaje de Walt Disney como...
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
... ese "detalle" que tiene con P.L. Travers en la habitación de su hotel, esa "aparición televisiva" también en el hotel. Su conversación final con P.L. Travers en Inglaterra. Las interpretaciones de Emma Thompson y Tom Hanks. Algunos momentos que incluyen referencias musicales y fílmicas a "Mary Poppins" (como el momento en el que P.L. Travers se pone a bailar con el equipo con la canción final de "Mary Poppins", o el desprecio que hace P.L. Travers de Dick Van Dyke, o la emotiva premiere de la cinta... que incluso puede inducir a la lágrima a los más sensible gracias al buen hacer de Emma Thompson). La cinematografía. La banda sonora.
Lo peor: Las vivencias de P.L. Travers y su profundización en su personalidad se quedan a medio gas. El ritmo del film también se percibe parsimonioso por culpa de que los sucesos en el film no tienen mucha sustancia.
Lo peor: Las vivencias de P.L. Travers y su profundización en su personalidad se quedan a medio gas. El ritmo del film también se percibe parsimonioso por culpa de que los sucesos en el film no tienen mucha sustancia.