Está visto que, por unos motivos u otros, las adaptaciones cinematográficas de la novela de Maupassant sobre un joven seductor y arribista social que utiliza sus encantos con las mujeres para progresar en la sociedad parisina no acaban de cuajar como debieran. Esta vez a esta versión de "Bel Ami" le faltan dos cosas fundamentales: el gancho de un protagonista con carisma, naturalidad y apego, y un poco de expectación en la narrativa.

La cinta de Ormerod y Donnellan no trae consigo emoción e intensidad... más bien planicie, monotonía y languidez. Algo que se puede soportar en sus primeros minutos pero que se hace imposible de sostener durante dos horas.

Su realización es correcta (además de contar con una oportuna puesta en escena y un destacado vestuario), pero su narración no aporta ningún toque especial que (ya que la trama se queda en un sosito y previsible culebrón en su guión) atrape nuestros curiosos sentidos.

El metraje es de ritmo paulatino y su fuerza va decreciendo conforme pasan los minutos. Pero no es solo culpa de su forma... sino también de su fondo. La total falta de tensión en su trama se debe también a una adaptación sin chispa, ingenio, diversión o dramatismo de empaque. Y es que los repetitivos magreos de Bel Ami no conducen a nada que vaya a generarnos alguna expectativa o curiosidad de calado. Se dice, se comenta... que un amante para la mujer trae consigo aventura y emoción, pues si no lo hace... para eso mejor quedarse igual. La mujer no busca el revolcón sin otro añadido, y por eso este Bel Ami es un fraude y un suspenso como amante a la hora de aportar peripecias, desasosiegos y exaltaciones... tanto para sus amadas como para su público. Y este "ánima" que tenemos por protagonista ni siquiera puede refugiarse en unos diálogos con gancho (como ya hiciera en "Cosmópolis").

Porque esa es otra: Pattinson, que se supone tiene que ser la columna vertebral del film, está totalmente desubicado (al contrario que en otros trabajos donde su frialdad y abulicia sí podía ser resultona). Simplemente no encaja en su papel de carismático "gigoló". Bel Ami no es un magnético conquistador, es un muermo sosaínas que se pasea por el film como un fantasma de casa encantada sin ganas de estar por allí. Es imposible percibir algún tipo de deseo en él (lo mucho que transmite es una monocorde cara de asco pase lo que pase... que aquí se parece sospechosamente a la de su compañera de "Crepúsculo"), de vez en cuando suelta una sonrisilla que confirma que a una mujer no se la seduce para siempre poniendo una sonrisa idiota... y al público aun menos.

Las tres seducidas por su parte están bastante mejor que el seductor. Pero poco pueden hacer con sus personajes que se nos presentan como encorsetados objetos llenos de deseo por el protagonista (algo bastante inexplicable viendo lo muermo que es y sabiendo lo que buscan las mujeres en una aventura).

En fin. Resulta una película que al menos no molesta en sus primeros minutos... pero que acaba fastidiando al estar llena de tonterías desganadas y florituras desinteresadas por las que se pasea un actor sin alma que debió de ser precisamente eso: el corazón que sostuviera una cinta monótona y algo latosa.

Lo mejor: La puesta en escena. Ricci, Thurman y Scott-Thomas (aunque no consiguen sacar oro de sus constreñidos personajes).
Lo peor: Esta vez... Robert Pattinson.