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España España · MADRID
Voto de Spark:
7
Drama Biopic sobre la jueza del Tribunal Supremo de los EE. UU. Ruth Bader Ginsburg, la segunda mujer en la historia (tras Sandra Day O'Connor) que sirvió en este alto órgano judicial. Ginsburg fue nombrada para el alto tribunal en 1993 por el Presidente Bill Clinton. Ruth, junto a su marido el abogado Martin Ginsburg, cambió el curso de la historia con un singular caso sobre discriminación de género que abrió el camino para la igualdad en los Tribunales. [+]
10 de mayo de 2022
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Drama judicial basado en uno de los casos que sentó precedente a la hora de tratar legalmente a un hombre al igual que a una mujer (o viceversa, lo mismo da que da lo mismo). Inspirado en el primer litigio con el que breó la recientemente fallecida Juez del Tribunal Supremo de los Estados Unidos Ruth Bader Ginsburg (aquí encarnada por una sólida Felicity Jones), la trama nos va llevando por el terreno tradicional de todo efectivo y vehemente drama judicial que se precia. Esto es un abogado/a idealista que lucha para que se haga justicia a pesar de las mil y una trabas que se le presentan durante el relato. Desde luego lo expuesto en "Una cuestión de género" ya lo hemos visto, lo hemos visto en "Matar a un ruiseñor" (1962), en "Legítima defensa" (1997), "Erin Brokovich" (2000), "El informe pelícano" (1993), "Cuestión de justicia" (2020), "La suerte dormida" (2003), "Negación" (2016), "Aguas oscuras" (2019), "La verdad duele" (2015), etc. Toda una historia de David Vs. Goliat, y en esta ocasión el tema de la demanda en cuestión es cómplice para cualquier persona (hombre, mujer o mediopensionista) que sienta un mínimo de empatía por sus congéneres humanos, y considere que los demás deben tener los mismos derechos y libertades que él.

Y es que desde tiempos inmemoriales (aunque en ciertos países subdesarrollados esto se sigue manteniendo por desgracia) una masa recalcitrante ha impuesto a las personas unas tareas o profesiones en función de su sexo y sin tener en cuenta los anhelos y aptitudes de estas personas en particular. Los hombres a trabajar fuera de casa, y la mujer en casa a limpiar, cocinar y cuidar de los niños y ancianos... hasta hace no muy poco esto era incluso respaldado no solo por la sociedad sino por la ley. ¿Y qué pasaba cuando una mujer quería ser ingeniero o piloto, o un hombre enfermero o amo de casa?, pues que tenía que tragar con prohibiciones absurdas y acosos reiterados. En "Una cuestión de género" observamos con cercanía e indignación como el personaje central de Bader Ginsburg lleva toda la vida sorteando esas ilógicas y kafkianas situaciones... hasta que se topa con una discriminación por cuestión de sexo por parte del Estado... que esta vez se da en un hombre. Tal vez sea la ocasión idónea para que un jurado de el primer paso en cuestión de derechos fundamentales comunes para cualquier ser humano independientemente de su sexo.

El guion de "Una cuestión de género" se beneficia de una temática robusta, potente, jugosa. Que capta la atención y la curiosidad de todo público adulto, pero es que además el guion trata su argumento con mesura. Sin dejar de recurrir a alguna que otra hipérbole tópica (que hace de los conflictos algo más intenso de lo que debieron ser), la cinta no abusa de ellas y solo las utiliza como recurso para impulsar la narración. Una narración fluída y evolutiva en todo momento, con bastantes puntos de honestidad y erudición, algo que acerca a la audiencia con facilidad y comprensión.

La película está bien interpretada. Jones encaja como un guante en su papel sin aportar nada más (ni nada menos) de lo demandado, el resto del elenco no deja de ser un convidado de piedra que resulta tan natural como olvidable tras el visionado de la cinta. Miriam Leder ya está curtida en los dramas significativos ("Cadena de favores" (2000) está ahí para testimoniarlo) y aquí ofrece una visión académica y habitual pero idónea para una historia de planos y contraplanos mantenidos (aunque algún plano amplio que alterna los elementos escénicos para infundir las posiciones de ventaja o desventaja se dejan caer con habilidad). La cinematografía de "Una cuestión de género" es impoluta y su fotografía aceptable (lo mismo se puede decir del maquillaje y el vestuario). La banda sonora es fútil por su parte.

Así que tenemos una cinta que basa su enganche en su temática y en como el guion la conduce con competencia... por ello desatiende de cierta forma el resto de sus elementos, pero el film sigue manteniendo un nivel distinguido y atrapante incluso en más de un visionado. Recomendable a todo público adulto, y muy recomendable a los fans del género judicial. La cinta no llega a las cotas de "Matar a un ruiseñor", "Cuestión de justicia" o "Negación" pero llega a la altura de "Legítima defensa", "El informe pelícano" y supera con creces a "El inocente" (2011), "Las dos caras de la verdad" (1996), "Aguas oscuras", "Coacción a un jurado" (1996) y demás.

Lo mejor: El guion.
Lo peor: La banda sonora.
Spark
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