Muchos dicen que no es cine de autor, pero es la obra maestra de su productor, David O'Selznick. Otros dicen que sólo es un culebrón sobrevalorado cuando en realidad es el ejemplo perfecto de superproducción de Hollywood. Ninguna otra ha conseguido personajes tan memorables y una identificación tan duradera con el público. Esta película es mucho más que una historia de amor/odio en medio de la Guerra Civil yankee, es un espectáculo de primera que sigue siendo la película más popular y más vista de la historia del cine. Clark Gable está soberbio como golfo cínico y Vivien Leigh parece estar interpretando a la Ofelia de Hamlet en un personaje que perfectamente podría caer en la caricatura. Los diálogos son geniales, cuando la pareja se detesta hay muchos que parecen salidos de una alta comedia llena de cinismo. Los colores del technicolor de la época hacen que la fotografía sea tan apasionada como la propia historia, con rojos intensos y, aunque la segunda mitad pierde algo de ritmo, la primera tiene uno de los mejores montajes de todos los tiempos. El ritmo es también perfecto y sus emociones bigger than life. Por supuesto que es exagerada, que pretende ser el peliculón de peliculones y que, seguramente, no es la mejor ni la más innovadora, pero como ejemplo del Hollywood de la "Golden Age", esta película es lo mejor de lo mejor, la palabra definitiva en el cine espectáculo de Hollywood.