Una obra maestra que trasciende los límites de la animación convencional.
Evangelion es una odisea psicológica, muy parecida a rasgos formales al "Ulisses" de Joyce por su narración impresionista y su puesta en escena desestructurada. Igual que en todas las grandes historias, en Evangelion la ficción dinámica es una anécdota y su función en el entramado es el de un mero resorte argumental. Así pues, detrás de una propuesta convencional (género mecha) se desarrolla un drama psicológico de dimensiones académicas. Freud, Lacan y Jung aparecen como referentes intencionales que permiten leer e interpretar cada uno de los personajes inmersos en una ficción escatológica y distópica, donde la lucha por la supervivencia va más allá del combate físico contra el enemigo. El objetivo es sobrevivir, permanecer y salvaguardar la condición humana en su sentido extra-físico de su propia aniquilación. Sobrevivir es, en Evangelion (igual que en Sartre) una decisión, un acto de voluntad.

En fin, no voy a extenderme mucho más.
Evangelion se merece enormemente el reconocimiento que tiene.

"Como un ángel que no tiene sentido de la misericordia, elévate joven, hacia los cielos como una leyenda"