Si te gusta el miedo por el miedo ningún problema pero la trama es para exigir que te devuelvan la entrada. La hija pequeña es poseída por espíritus que salen de gente que ha sido asesinada en la casa. ¡OJO SOPRESA! Hay un sótano/cementerio que nadie ha descubierto y de ahí salen los espíritus con sed de venganza, hay que aplaudir la imaginación del guionista. Pero la cosa no queda aquí en un brillante giro de guión resulta que los muertos son polacos que huyeron de ¡LOS NAZIS!. Nazis, EUREKA, me imagino al escribidor eufórico viendo que ha dado con la tecla del éxito guionístico; si por esto no le dan un Óscar yo ya no sé. Pero la cosa no queda aquí, cuando ya está claro que la niña está loca de remate el cura del cole decide ayudarlas. En este momento se produce la --para mí-- mejor escena de la película, Madre, cura y hermana pelirroja bajan del piso de arriba corriendo y se encuentran al noviete de la hermana colgando, el chico va a seguir así durante unos cuantos minutos, moviéndose a lo péndulo sin que le hagan el menor caso. La cosa se acelera, y el cura decide hacerse el héroe. En este punto hay que resaltar la originalidad del guionista que no dota al cura de ninguno de sus arquetípicos recursos, no sacará ni agua bendita, ni un crucifijo ni se pondrá a hacer ejercicios gimnásticos con un rosario; el hombre parece pretender más hacerse el fuerte para ligarse a la madre joven y soltera que salvar a la niña diabólica.
Acaban todos muertos menos la hermana pelirroja que aparece en un loquero pasando consulta (está tan pancha, tras ser la única superviviente de un parricidio donde han desaparecido los cuerpos la tienen sentada como si estuviera en una gestoría, sin correas ni nada). Luego, vemos como la llevan en silla de ruedas pese a caminar perfectamente; y en la última escena vemos aparecer otra vez la hermana poseída como queriéndonos decir, de forma sutil, que no era un sueño. Y está bien esa advertencia final porque el espectador (al menos el español) está pensando que es un final más patético que el de Los Serrano y tiene razón.