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Argentina Argentina · Buenos Aires
Voto de Giskdan:
4
Ciencia ficción. Drama Durante una misión tripulada a Marte, el astronauta Mark Watney es dado por muerto tras una terrible tormenta y abandonado por la tripulación, que pone rumbo de vuelta a la Tierra. Pero Watney ha sobrevivido y se encuentra atrapado y solo en el hostil planeta rojo. Con suministros escasos, deberá recurrir a su ingenio y a su instinto de supervivencia para encontrar la manera de comunicar a la Tierra que sigue vivo. (FILMAFFINITY)
2 de octubre de 2015
62 de 97 usuarios han encontrado esta crítica útil
"Los esfuerzos de Jimmy le habían producido sed, y se sintió agudamente consciente del hecho de que en ese mundo no había agua que un hombre pudiese beber. Con el contenido de su botella probablemente sobreviviría una semana, pero, ¿con qué objeto?
Mientras Jimmy hacia su recorrido a lo largo de la orilla del mar, la mitad de los cerebros privilegiados del sistema solar estaban tratando de salvarlo."

El texto corresponde al capítulo "La flor", de la que probablemente sea la mejor novela de ciencia ficción "dura" de todos los tiempos: Cita con Rama, de Arthur 2001 Clarke. La última cosa que oí de ella fue que Morgan Freeman había comprado los derechos con la idea de poner a David Fincher al frente de una adaptación; por suerte nunca se animaron a hacerla. La novela seguía una narración paralela entre los astronautas en misión que resolvían los problemas prácticos, y los "cráneos" de los comités allá a lo lejos en la comodidad de la sala de reuniones, debatiendo y ayudándolos a resolver los problemas "intelectuales" del asunto. The Martian recoge un poco esta estructura; habría que preguntarle Andy Weir, el autor del best seller, si leyó el libro; seguramente sí.

Hoy tenemos una película que une el rescate, la astronáutica y los náufragos, tres temas que en el cine alcanzaron su máximo nivel de cursilería en tres films con Tom Hanks. Es increíble como Tom Hanks vuelve cursi cualquier género que toca con su cara de bobalicón. La idea del náufrago rebuscándosela en las arenas marcianas también lo hicieron en una peli vieja y mala: Robinson Crusoe en Marte (Robinson Crusoe on Mars, 1964), hecha por el mismo director de -y con las mismas naves marcianas que- La Guerra de los Mundos original.

Maaaaat Daaaaamon no tiene una pelota con la que conversar y elige hacerlo consigo mismo, hasta que empiezan las sesiones de chat. Su simpática actuación llena de naturalidad es lo mejor de la cinta, en contraste con las impostadas de sus compañeros de elenco. La expresión de Jessica Chastain llevándose la mano a la boca cuando le avisan que Damon sigue vivo es para que le den el Oscar ya (es ironía).

Lo siento, amigos, pero no comparto el entusiasmo mundial por este segundo regreso del milenio de Ridley Scott a los cascos espaciales. Coincido bastante con lo que expresó el colega Rives en su reseña. La peli se apoya en Matt sentándose y mirando a la cámara en plan Clarissa Lo Explica Todo, contándole al público cada cosa que piensa y planea, que va hacer, como lo va a hacer y para qué. Sus descripciones lo acompañan en off mientras lo vemos en su quehaceres de supervivencia, y la repetición del recurso se empieza a hacer tan monótona como comer papa todos los días.

La otra mitad del tiempo es switchear a la nave de sus compañeros o las oficinas de la NASA en la Tierra, donde la gente también solamente parece hablar en diálogos expositivos: oh, ha sucedido esto. ¿por qué? por esto. ¿Y si hacemos esto? No funcionaria por esto y lo otro. Escucha, no le digas tal cosa que...
Y de remate, los chats de texto que son leídos en voz alta por uno y otros... Puff. Se salva una partecita donde el guionista nos impide ver/escuchar una serie de insultos y groserías que Matt descarga en su teclado, dejándonos a los espectadores imaginarlos por las expresiones de los otros personajes y reírnos en consecuencia... gracias, estimado, aunque sea algo dejaste sin relatarnos. Todo esto seguramente funciona muy bien en el libro de Weir, pero no todas las novelas son tan bien adaptables al cine, que requiere otro acercamiento a la narración.

Queda en el recuerdo aquella espléndida escena de apertura, con la cámara recorriendo lentamente y sin apuro los recovecos de la Nostromo mientras sus ocupantes van desperezándose en su cubículos: el cine en estado puro del autor de dos de las mejores películas de ciencia ficción de la historia, que cada vez parece estar mas lejos de volver.

Saludos,
Pablo.
Giskdan
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