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Argentina Argentina · Buenos Aires
Voto de Giskdan:
3
Thriller. Intriga Un padre y sus dos hijos juegan a ver quién llega primero a la calle desde un séptimo piso: si el padre en el ascensor o los niños por las escaleras. Cuando el padre llega a la planta baja, resulta que los niños no aparecen, no hay ni rastro de ellos. Empieza entonces una búsqueda frenética por parte del padre (Ricardo Darín) y la madre (Belén Rueda). (FILMAFFINITY)
4 de noviembre de 2013
94 de 120 usuarios han encontrado esta crítica útil
El ¿subgénero? de películas sobre "gente que se la tragó la tierra", tienen un no-se-que que las hace ser atrapantes desde la premisa inicial. Desde intentos de blockbusters como "Plan de vuelo" (Flightplan, 2005), hasta films art-house como la preferida de un humilde servidor, "Picnic en Hanging Rock" (Picnic at Hanging Rock, 1975), los exponentes de esta temática tienen una capacidad de interesar al espectador como ninguna otra. Será acaso porque un crimen para el que no hay un cadáver, es el misterio definitivo. Superan a todos los "whodunit"s, porque no son solamente un "¿Quién lo hizo?", si no que también a la vez son un "¿Y qué carajo exactamente es lo que hizo?" y "¿Cómo mierda lo hizo?".

Claro, ante una premisa tan interesante, es fácil luego decepcionar al público con su resolución. En el librazo "El cine según Hitchcock" (que no me canso de recomendar a los compas de FA), el maestro del suspense - que ya había hecho una de las "traga-tierras" más famosas del 7mo (¡cuac!). arte, "La Dama Desaparece" (The Lady Vanishes, 1938) - le cuenta a François Truffaut que había abandonado la producción de "The wreck of the Mary Deare" (inspirado en el caso del Mary Celeste) temiendo precisamente provocar esa clase de desencanto. Una peli que comenzaba con el descubrimiento de un barco abandonado en alta mar, reflexionaba el gordo, tenía un inicio tan potente, que sería casi imposible crear un desenlace que estuviera a la altura.

La peli de Patxi Amezcua, "Séptimo", no escapa a este riesgo, y de hecho se hunde completamente en él. El film empieza como para un 10, promediando la cinta ya va para un 5, y llegando al final para un 1 y la gente se quiere escapar del cine, por cosas que solo se pueden contar en la sección de spoilers.

Como en la del barquito, el inicio en un bombazo. Ricardo Darín y Belén Rueda son dos padres amorosos y sobreprotectores de un par de niños que son los actores infantiles más malos del planeta. Están separados pero en buenas relaciones, y viven en el 7mo. piso de un edificio antiguo onda el de "REC". Este no tiene zombies, pero algunos actores secundarios actúan como si lo fueran. Tranquilos y relajados, sin imaginar el calvario y los ataques de nervios que les depara el futuro, la ex-pareja está ocupada planificando, ya que Richard está a full con su trabajo porteño, y Belén se está por volver con los chicos para la madre patria.

"Entre que los niños arruinen su futuro en un país con el 25% de desocupación, o que se lo arruinen en un país con un 30% de inflación anual, prefiero la primera opción", declara Belén, mientras se sostiene con los dedos su nariz de Peter Pan para que no se le caiga al piso como la de Michael Jackson, "además ni siquiera he salido en el jodido poster de la película, solamente tú".

Ricky es un abogado (cuando no) en medio de un caso de corrupción contra "peces gordos" a los que les encantaría sacarlo del medio por un día. Y tiene un consorcio que es un puterío, y todos los vecinos tienen alguna clase de conflicto con él y su mujer. En este escenario, Ricky baja por el ascensor y los chicos por la escalera (como los precios que suben por el ascensor y los salarios por la escalera). Al llegar a la planta baja... "THE KIDS VANISHED!".

Y es ahí donde la atención del espectador se divide en dos misterios: quién pudo haber sido el criminal que se llevó a los chicos, y quién fue el criminal que le hizo las cirugías estéticas a Belén Rueda. Imagino que este último debe figurar en la lista de los más buscados de Interpol. Pobre mujer, ¿qué le hicieron en la cara? Le dejaron un ojo más cerrado que el otro, y el labio superior más sobresalido que el inferior. Cada primer plano que le hacen, parece un film de la Hammer.

A partir de ahí, Séptimo se enreda en su propio laberinto, y su guión es tan TORPE, que se spoilea a sí mismo en el transcurso. Cualquier espectador con dos dedos de frente, a los veinte minutos comenzará a sospechar por donde vienen los tantos. Y van los spoilers...
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Giskdan
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