Seis días duró el rodaje de ESPARTACO bajó la dirección de Anthony Mann (Winchester '73, El Cid). Kirk "hoyito en la mandíbula" Douglas sentía que el realizador le estaba dando demasiado peso a los otros personajes en detrimento de su papel estelar, y como también era el productor ejecutivo, hizo que lo echaran a la mierda. Apremiado por encontrar rápidamente un recambio, Kirk llamó a Stanley Kubrick y otra vez se juntó la dupla de Senderos de Gloria.

Para Stanley era la oportunidad de hacer una superproducción de tono épico de esas que te daban la gloria en Hollywood, mientras que Doublas confiaba de esta manera en recuperar el control del proyecto. Craso error. Sabemos que Kubrick era todo menos un director dócil al que sería fácil de manipular, y al poco tiempo el pobre de Kirk estaba puteando a los cuatro vientos su idea de reclutar al director de The Killing. Este, una vez más, cambió todo para aumentar la importancia de las otras estrellas del elenco y disminuir un poco la del rol principal.

Kubrick se arrepentiría también de SPARTACUS, un poco más tarde. Es sin duda la película donde la individualidad artística del director sufrió la mayor degradación, al punto de que no es fácil identificar rasgos de su estilo en ella. Y aunque el propio realizador la despreciara, se convirtió en uno de los peplum más queridos por el público hasta la actualidad. La mirada personal de Kubrick regresaría recién en 1962 con la historia de una adolescente loquita y un viejo depravado. Varias décadas después, hicieron una copia berreta llamada "Gladiator", adorada por los moviegoers actuales porque tiene un tigre por computadora que la otra no tenía.

EL DATO CURIOSO: Dicen que es la película preferida del juez federal argentino Norberto Oyarbide.

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