Siempre me fascinaron las series policiales. Yo solía disfrutar mucho de este show y me parecía muy interesante ver cómo los detectives resolvían los delitos sexuales. Pero durante las últimas temporadas todo se vino abajo.
Lo que más me saca de quicio no son las situaciones poco realistas a las que son sometidos varios personajes, ni el guión cada vez más flojo, con frases como "yo sí te creo" o "lo que te haya pasado no fue por tu culpa" que se repiten una y otra vez, ni que el personaje de Olivia Benson se ha vuelto insoportable. Lo que más me saca de quicio es toda esta propaganda liberal de la cual ninguna producción actual se salva. Y es que aquí las mujeres siempre son víctimas inocentes que deben ser protegidas y defendidas. Mientras que a los hombres los pintan como cobardes, mentirosos, violentos, pervertidos, sociópatas, psicópatas, narsicistas, traidores y todo lo que te puedas imaginar.
También resulta curioso que los malos (osease, los culpables) casi siempre terminan siendo hombres blancos heterosexuales, mientras que los buenos (osease, las víctimas) son muy diversos, hay blancos, negros, homosexuales, transexuales, asiáticos, hispanos, musulmanes, etc.
Continúo en la sesión de spoilers.