Acudí al cine con pocas esperanzas. De un tiempo a esta parte creo que las adaptaciones de cómics empiezan a ser un poco reiterativas y prescindibles en su mayoría. Volver a hacer otra película sobre la Masa tenía sus riesgos evidentes, sobre todo después de un precedente tan cercano en el tiempo como el de Ang Lee. Las comparaciones son evidentes: donde el "Hulk" de Lee proponía una reflexión pseudo-filosófica fallida sobre el personaje y una profundización en el lenguaje del cómic, el "Hulk" de Leterrier (lo siento pero no puedo dejar de decir que el apellido me suena a raza canina) propone una humanización de la bestia con grandes dosis de acción en ocasiones acertadas y en otras un tanto atropelladas. Sin duda me quedo con el planteamiento directo y sin complejos de "El increíble Hulk".

Si existe un atractivo en esta película, ése es Edward Norton. En este caso cumple sobradamente su cometido y consigue que cojamos cariño a la Masa Verde. Muchos de los detractores de esta cinta que alaban a "Iron Man" esgrimen que a Norton le falta el carisma de Downey Jr. Creo que esta comparación es inoportuna debido a una razón fundamental: mientras que en "Iron Man" el héroe se erige por motu propio, en "El increíble Hulk" la condición de superhombre le es impuesta sin que él quiera. El protagonista huye constantemente de una condición que no quiere, que detesta porque no le hace ser alguien normal y porque le impide ser libre. Se trata de una película en la que el héroe no quiere serlo.

La parte de la historia que se desarrola en Brasil es magnífica. Desde el entrenamiento para controlar las emociones a base de la respiración diafragmática, pasando por unos travelings aéreos de la favela realmente impresionantes y culminando con unas escenas de persecución frenéticas y espectaculares. El ritmo va decayendo algo hasta culminar con el enfrentamiento final entre el "héroe" y el "anti-héroe". Porque en esta película el héroe es quien no quiere serlo y el anti-héroe es quien sí busca esa condición.

Creo que "El increíble Hulk" es un acierto medianamente notable. Por supuesto tiene sus fallos más o menos evidentes: el diseño de los monstruos no me termina de convencer, los efectos especiales son algo cantosos, los villanos están algo desdibujados, el guión podría haber profundizado algo más en la historia y el final no es satisfactorio. Pero aún así es una de las películas basadas en cómics mas decentes que he visto últimamente en cine y, sobre todo, es una interesante reflexión sobre la necesidad de sentirnos en paz con nosotros mismos como paso previo a una paz social cada vez más inalcanzable y sobre el derecho a no destacar en un mundo que no perdona la falta de ambición.